La Policía Bonaerense realizó en colaboración con la división Delitos Contra la Salud de la Policía de la Ciudad un allanamiento en el consultorio de Agustina Cosachov, la psiquiatra que asistió a Diego Maradona en sus últimas semanas de vida, en un tratamiento en conjunto con el médico neurocirujano Leopoldo Luque.
Por orden de la fiscalía general de San Isidro, agentes de la policía ingresaron a un apartamento propiedad de Agustina Cosachov en Buenos Aires. Otro grupo de policías trabajaba en su vivienda particular en busca de material para la causa.
El operativo fue ordenado por el juez Orlando Díaz tras un pedido de la fiscal Laura Capra, encargada de investigar la muerte de Maradona, que instruye la causa junto al fiscal general John Broyad y los adjuntos Cosme Iribarren y Patricio Ferrari, con el objetivo de encontrar elementos que permitan saber cuáles fueron sus recomendaciones médicas tras la operación a Maradona en la Clínica Olivos y si efectivamente se cumplieron.
“Me hizo saber el fiscal que sus conductas médicas están siendo investigadas, es decir que está imputada”, dijo a periodistas el abogado de la psiquiatra, Vadim Mischanchuk. “Son medidas de rutina, como ocurre en todas las causas en las que se la muerte de un paciente, para reconstruir su historia clínica”.
Cosachov era parte del equipo interdisciplinario que atendía a Maradona desde que fue intervenido de un edema craneal a principios de noviembre. El ex futbolista, de 60 años, falleció el miércoles pasado por un paro cardíaco en una casa de un barrio cerrado de Buenos Aires donde se había instalado para continuar con la rehabilitación.
“Se indicó una internación domiciliaria con todos los requisitos que el paciente necesitaba. Si eso se cumplió o no se cumplió, es tarea de esta investigación averiguar y por eso vamos a ser prudentes”, dijo el abogado de Cosachov.
“Hay una tranquilidad por parte de mi asistida respecto a las decisiones médicas que tomó”, agregó.
Cosachov, de 35 años, es médica egresada de la UBA, especializada en conductas adictivas. Además, es jefa de la Clínica Ineco y, según describe la página de la institución, también trabaja en un centro del Gobierno de la Ciudad especializado en adicciones y atiende su consultorio privado.
Si bien la justicia determinó que su muerte no fue violenta, inició una investigación por supuesta negligencia médica y los testimonios de familiares y allegados ofrecidos en el marco de la causa dejaron entrever que no habría recibido la atención indicada para un paciente considerado una bomba de tiempo por sus antecedentes médicos.
El otro médico bajo sospecha es el neurocirujano Leopoldo Luque, quien atendió a Maradona en los últimos meses y había participado junto a otros especialistas en la operación para extraerle el edema cerebral.