Y mirando la imagen de la Virgen de Guadalupe, añadió, tenemos de alguna manera también el reflejo de estas tres realidades: la abundancia, la bendición y el don.
En su mensaje, informó Vatican News, su santidad añadió que “somos nosotros los que conocemos, por nuestra naturaleza misma, por nuestros límites, la necesidad de las cómodas cuotas. Pero él se da en abundancia, totalmente. Y donde está Dios, hay abundancia”.
Destacó que el encuentro de María con Isabel es una bendición. Y la bendición significa, bendecir, o sea, “decir-bien. Y Dios desde la primera página del Génesis nos acostumbró a este estilo suyo de decir bien.
“La abundancia y este decir bien, es un regalo, es un don. Un don que se nos da en él (Dios), que es todo divinidad. En el bendito. Un don que se nos da en la que está llena de gracia, la bendita”.
Jesús es el bendito por naturaleza y María es la bendita por gracia. Estas dos referencias, dijo Francisco, las marca la Escritura. “A ella se le dice ‘bendita tú entre las mujeres, llena de gracia’. Jesús es el bendito, el que traerá la bendición. Y mirando la imagen de nuestra Madre esperando al bendito, la llena de gracia espera al bendito, se entiende la abundancia del decir bien, del bien-decir”.