El escrutinio avanza en las elecciones estadounidenses, y los dos candidatos, el republicano Donald Trump y el demócrata Joe Biden, protagonizan una batalla tan ajustada como se esperaba en el Estado decisivo de Florida. Con el 97% del voto escrutado, Trump se impone con una ventaja de apenas 1,6 puntos. Perder en Florida habría reducido en un 90% las probabilidades de reelección de Trump.
Las urnas han cerrado en la Costa Este. El recuento avanza también, aunque más lentamente, en otros de los Estados disputados. En Ohio, que votó dos veces por Obama antes de elegir a Trump en 2016, Biden se impone por un 55% frente a un 43,8% de Trump, con un 49% escrutado. Ningún candidato republicano ha ganado las elecciones sin ganar Ohio. En Carolina del Norte, otro Estado que supondría un valiosísimo botín para los demócratas, Joe Biden tiene una ventaja de 6,9 puntos con el 66% escrutado, aunque con los votos depositados en el día, que se cuentan más avanzada la noche, es probable que Trump recupere terreno. Los dos candidatos se han apuntado ya algunos Estados previsibles. Trump se impone en Alabama, Misisipi y Oklahoma, y Biden gana Massachusetts y Delaware.
Más de 100 millones de votantes, una cifra sin parangón, han votado en las elecciones presidenciales estadounidenses antes de este martes, 3 de noviembre, marcado en rojo en el calendario desde hace cuatro años, día en que los ciudadanos terminarán de decidir quién dirigirá desde la Casa Blanca un país golpeado por la pandemia, sumido en la recesión económica y enfrentado a desafíos colosales. Una campaña marcada por el ruido y la furia, transformada por un virus que ha dejado 231.000 muertos en el país y cuya gestión habrá de ser la prioridad del nuevo presidente, ha llegado a su fin. Después de los de la Costa Este, más Estados irán cerrando sus urnas cada media hora, hasta que Alaska, el último, haga lo propio a la 1.00 del miércoles (también hora de la Costa Este).
Un votante con una máscara en la que se puede leer «Vota» hace cola en un centro de votación en el Parque Nacional, en Washington, DC. Las de este martes serán unas elecciones complejas. El alto número de votos recibidos antes de la jornada electoral y las leyes de cada uno de los 50 Estados hacen impredecible definir el desarrollo de la noche.
Los dos candidatos, el republicano Donald Trump y el demócrata Joe Biden, ya han votado de manera anticipada. La primera dama, Melania Trump, lo ha hecho esta misma mañana cerca de Mar-a-Lago, Florida, donde la pareja presidencial tiene su residencia. Contagiada de covid-19 hace un mes, la esposa del presidente ha sido la única persona en el colegio electoral que no llevaba mascarilla.
El paisaje de la jornada electoral refleja la excepcionalidad de esta cita con las urnas. Muchas ciudades, como Nueva York, Filadelfia o Washington, han amanecido con tablones de madera protegiendo los escaparates de los comercios, en previsión de que la noche degenere en disturbios, vandalismo y violencia. Por otro lado, algunos de los Estados que acaparan todos los focos por lo ajustado de las proyecciones, como Michigan o Pensilvania, han marcado nuevos máximos de casos de covid.
El mismo martes por la mañana, después de arrojar sospechas de fraude durante toda la campaña, el presidente Trump ha dicho en una entrevista en Fox News que declarará la victoria “cuando la haya, si la hay”, pero ha vaticinado que ganará “por un margen mayor que hace cuatro años”. En los días previos, abundaron las informaciones que indicaban que el presidente estaba dispuesto a proclamarse ganador si el inicio del recuento le mostraba en cabeza. Los sondeos indican que el voto adelantado, disparado por la precaución ante la pandemia, es mayoritariamente demócrata, lo que podría traducirse en una ventaja republicana en el conjunto de las papeletas emitidas este martes, que no se correspondería necesariamente con el sentido del recuento total, que puede tardar días en conocerse.
“Creo que tendremos una victoria”, ha dicho Trump, visiblemente cansado después de un frenético sprint final que le ha llevado a hacer 17 mítines en tres días. “Creo que los sondeos, ya sabe, son sondeos de supresión. Y creo que ganaremos. Pero solo cuando ganemos. Ya sabe, no hay razón para jugar”.
Biden ha estado en Filadelfia y ha visitado, en el mismo Estado de Pensilvania, su localidad natal de Scranton. “Quiero restaurar la decencia y el honor en la Casa Blanca”, ha señalado. Antes, acompañado de su esposa y dos de sus nietos, visitó la tumba de su hijo Beau en Wilmington, Delaware, ciudad en la que reside el candidato y desde la que esta noche seguirá el recuento.
“Mantengan la calma y voten”, ha dicho este martes por la mañana Christopher Krebs, responsable de la seguridad de la infraestructura electoral. “Y después de hoy, mantengan la calma y dejen que recuenten”. También se ha referido a posibles injerencias de Rusia en el proceso que, según la inteligencia estadounidense, se han producido en los últimos meses pero sin resultados significativos. “Aún no estamos fuera de peligro”, ha advertido Krebs.
Se han visto largas colas de votantes en ciudades como Filadelfia y Milwaukee, de los Estados claves de Pensilvania y Wisconsin, respectivamente. En otros territorios disputados, como Carolina del Norte, las altas cifras de voto por correo han dejado este martes imágenes de colegios electorales casi vacíos. También se han visto colas largas en Nueva York y Las Vegas, mientras que la concurrencia durante las primeras horas en ciudades como Miami (Florida) o Atlanta (Georgia) era más moderada.
Fuente: Staff