En esta clasificación se definen las reglas para que los videojuegos se mantengan dentro de los límites del respeto a la vida privada, la paz y moral pública, la dignidad personal y que no ataquen los derechos de terceros. Además buscan prevenir la comisión de algún delito o sean contrarios a los intereses de la niñez.
La Segob puso cinco categorías diferentes para los videojuegos:
– Clasificación A, con contenido para todo público
– Clasificación B, con contenido para adolescentes a partir de 12 años
– Clasificación B15, con contenido para mayores de 15 años
– Clasificación C, con contenido no apto para personas menores de 18 años
– Clasificación D, con contenido extremo y adulto
Distribuidores, comercializadores y arrendadores de videojuegos deberán colocar en la portada de los juegos y en la publicidad, la categoría que corresponda. Además tendrán que explicar explicar si contiene representaciones de sangre, alusiones a actos violentos, travesuras cómicas, temas insinuantes, temas sexuales, uso de alcohol, drogas o tabaco, violencia de fantasía o sexual.
Los lineamientos entrarán en vigor en seis meses y en un año, se deberá emitir una Guía Parental en materia de videojuegos.