Joe Biden será el próximo presidente de los Estados Unidos. Así lo ha decidido la ciudadanía estadounidense en una de las elecciones más controvertidas de la historia del país. El recuento de votos aún continúa, pero por el momento el candidato demócrata ha conseguido más de los 70 electores necesarios para gobernar el país.
Las elecciones han sido históricas tanto por los resultados como por la situación en la que se encuentra el país. La pandemia provocada por el nuevo coronavirus y su gestión ha sido uno de los grandes temas debatidos durante la campaña. Además, los resultados ajustados muestran la división de opiniones y de ideología entre los estadounidenses, situación que deberá afrontar Biden.
El candidato demócrata hizo hincapié en su objetivo de buscar la unidad entre estadounidenses, ya que los ciudadanos del país se han ido polarizando en los últimos años. Especialmente desde las elecciones de 2016, en las que Trump obtuvo mayoría. De hecho, medios de comunicación y analistas señalaban que estas elecciones podían entenderse como un voto a favor o en contra de Trump . “Seré el presidente de todos los estadounidenses, independientemente de que me hayan votado o no”, exclamó Biden en su primer discurso tras conocerse el resultado.
Joe Biden se convertirá en el presidente de más edad en ocupar el cargo. Ha dedicado alrededor de 50 años de su vida a la política. Fue vicepresidente del anterior presidente demócrata, Barack Obama, entre 2009 y 2017, y ha centrado su campaña en prometer que reanudará políticas más progresistas impulsadas por Obama, ya que algunas de ellas fueron suspendidas durante el mandato de Trump. Será investido el 20 de enero del 2021.
Los dos grandes desafíos a los que deberá enfrentarse Biden son la gestión de la pandemia del coronavirus y la crisis económica provocada por la Covid-19. Estados Unidos es el país más golpeado por la pandemia y Biden ya ha avanzado que aplicará medidas más estrictas para contenerla, como la obligación de llevar la mascarilla.
Paralelamente, buscará volver a fortalecer las relaciones internacionales. Ha anunciado que Estados Unidos volverá a formar parte de tratados u organismos internacionales de los que Trump había salido, como el Acuerdo de París , (el pacto más importante para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero hasta la fecha), la Organización Mundial de la Salud (Estados Unidos es el país que económicamente más contribuye al organismo, pero Trump anunció su retirada tras acusar a la organización de una mala gestión de la pandemia y de estar bajo el control de China) y el acuerdo nuclear con Irán (los Estados Unidos se comprometían a no sancionar el país económicamente si Irán retrasaba la creación de una posible bomba nuclear).
Trump, por su lado, no ha sabido encajar bien la derrota. A las dos de la madrugada del miércoles, aún con millones de votos por contabilizar, se proclamaba ganador y acusaba a su adversario de “fraude”. Ha amenazado con llevar el recuento de votos a los tribunales e insiste en que ha habido fraude electoral, aunque no ha aportado pruebas.
Su victoria en 2016 sorprendió a todo el mundo, debido a que no tenía experiencia política y las encuestas daban la presidencia a su contrincante, la demócrata Hillary Clinton. Era famoso en su país por ser un empresario rico y por su participación en programas de telerrealidad. Su mandato ha estado marcado por sus políticas duras contra la migración y por anteponer la industria antes que el cambio climático.
Trump ha recibido críticas por comportamientos sexistas y ha recibido acusaciones de agresiones sexuales. Por su lado, Biden también ha sido señalado por conducta inadecuada y ha recibido una acusación de abuso sexual, que él ha negado.
Uno de los motivos por los que los resultados han sido tan ajustados se debe al sistema electoral de los Estados Unidos . En el país se usa un sistema de democracia indirecta. Tener más votos no siempre significa ganar. El país se divide en 50 estados, y cada uno tiene un número de electores asignados, que se calculan en función de la población del territorio, que conforman el Colegio Electoral, encargado de elegir al presidente.
En total, hay 538 electores o delegados. Sin embargo, estos electores no se eligen proporcionalmente. En 48 de los 50 estados, el partido ganador de esa zona se lleva todos los electores de ese estado. Este mecanismo se conoce como “winner-takes-all”.
Por ello, es importante contar hasta los últimos votos para saber quién gana, porque de ellos depende ganar en un estado y, de ese modo, recibir todos sus electores. En estas elecciones, los estados más disputados, también conocidos como “bisagra” , han sido Florida, Carolina del Norte, Arizona, Ohio, Georgia, Iowa, Pennsylvania, Wisconsin y Michigan.
Uno de los motivos por los que se ha tardado tanto en contabilizar los votos es que este año muchos estadounidenses han recurrido al voto por correo. La pandemia provocada por el coronavirus ha sido el motivo principal.
Donald Trump, por otro lado, criticó duramente el sistema de voto por correo y llegó a afirmar que “era fraudulento” y que Biden le había “robado las elecciones”. Pidió incluso al Tribunal Supremo que frenase el recuento de votos por correo, que incluía a muchas papeletas de apoyo demócrata. Sin embargo, en ninguna de las intervenciones presentó pruebas para apoyar sus acusaciones.
Según un estudio de la Pew Research llevado a cabo en septiembre, los simpatizantes de Trump habrían preferido votar mayoritariamente de forma presencial, mientras que los de Biden habrían preferido hacerlo por correo. Como los votos presenciales se cuentan antes, Trump habría llevado ventaja en algunos estados hasta que se empezó a contar el voto por correo. Por ello, Trump habría pedido que se paralizase el conteo de los votos por correo.
Se abre una nueva etapa en el país, plagada de incógnitas. La gestión de la pandemia, la división y polarización ideológica de la población estadounidense, el papel del país en la política y economía internacionales y también sus medidas para frenar el avance del cambio climático, son algunos de los puntos clave que marcarán los próximos 4 años de mandato. Estados Unidos es uno de los países más poderosos del mundo, por lo que la decisión que han tomado sus habitantes tendrá consecuencias más allá de sus fronteras.
Fuente: La Vanguardia, The New York Times, Pew Research