Además, el siniestro dejó siete personas heridas y en estado crítico, incluido el médico de guardia, declararon las autoridades.
De acuerdo con las primeras versiones, el incendio estalló en la unidad de cuidados intensivos del hospital del condado de Piatra Neamț y se extendió a una sala contigua. Los fiscales dijeron que investigarían la causa del incendio.
El ministro de Salud, Nelu Tătaru, indicó a los periodistas que seis pacientes sobrevivientes serían trasladados a un hospital COVID-19 en la ciudad de Iași, en el este de Rumania.
El médico herido, que tenía quemaduras graves en 40 por ciento de su cuerpo, sería trasladado a un hospital en la capital, Bucarest, agregó el ministro.
«En la legislación futura, todos los hospitales públicos serán coordinados por el Ministerio de Salud», dijo Tătaru sin dar más detalles. Actualmente, los hospitales locales están a cargo de los consejos de condado, lo que dificulta la supervisión general del sistema de salud.
Tătaru dijo que el hospital Piatra Neamț continuaría operando una unidad de cuidados intensivos en un piso separado.
El incendio es el segundo con mayor número de pérdida de vidas en el país desde 2015, cuando se quemó un club nocturno en la capital, Bucarest, y murieron 65 personas. Esa tragedia desencadenó protestas masivas en Rumania por la cultura de corrupción y falta de responsabilidad de la nación.
Rumania, que tiene una de las infraestructuras sanitarias menos desarrolladas de la Unión Europea, ha informado de 353.185 casos de coronavirus y 8.813 muertes. Poco menos de 13.000 personas con COVID-19 estaban hospitalizadas en el país el sábado, incluidas 1.172 en unidades de cuidados intensivos.