Guatemala será escenario este domingo de nuevas movilizaciones para reclamar la renuncia del presidente conservador Alejandro Giammattei, a quien le reprochan no destinar suficientes recursos a combatir la pobreza y la desigualdad en su nuevo presupuesto.
La mayoría de los fondos están dirigidos a infraestructuras con el sector privado y no prevé aumentos en salud ni de educación, ni tampoco en las destinadas a combatir la pobreza y la desnutrición infantil.
Los manifestantes convocaron para este domingo nuevas protestas por las redes sociales, mientras la Universidad de San Carlos, la única estatal del país, hizo un llamado a un paro nacional para el lunes, aunque no ha tenido respuesta de otros sectores ni del poderoso sector empresarial.
Alegando hartazgo y abuso, cientos de guatemaltecos quemaron el sábado la sede del Congreso, tras aprobarse un presupuesto que no contempla aumentos en las partidas sociales y prevé un fuerte endeudamiento público.
Guatemala llora sangre, el pueblo ya está harto hemos vivido pisoteados por más de 200 años», dijo un manifestante que no se identificó.
Sobre este presupuesto, Giammattei explicó el viernes: «nos planteamos la reducción de gastos de funcionamiento, enfocando esos recursos para la atención de las prioridades de país. Además, de reducir el déficit fiscal y como resultado, un menor endeudamiento».
El vicepresidente del país, Guillermo Castillo, que anteriormente se desmarcó de su presidente y le reclamó la dimisión, pidió este domingo al Ministerio Público (MP, fiscalía) que investigue la quema de oficinas del Congreso pero también la represión policial.
Es urgente que el MP abra investigación seria sobre lo ocurrido ayer [sábado]. Son claros los hechos vandálicos y también el uso excesivo de fuerza policial», indicó.
El viernes, Castillo ofreció a Giammattei dimitir juntos «por el bien del país».
Si llegaran a renunciar ambos gobernantes, el Congreso tendría que juramentar al canciller, Pedro Brolo.
El presidente, en el poder desde enero, hasta el momento ha guardado silencio, pero el ministro de Gobernación, Gendri Reyes en un mensaje la noche del sábado criticó los hechos violentos en el Congreso y dijo que van a capturar a los responsables de la quema del Congreso.
Portando banderas azul y blanco del país y pancartas en las que podía leerse «No más corrupción», «Fuera Giammattei» y «Se metieron con la generación equivocada», los manifestantes llenaron la plaza central frente al antiguo palacio de gobierno.
El país, donde se suceden casos y denuncias de corrupción así como demoras en la designación de jueces, ya vivió en 2015 la renuncia del entonces presidente Otto Pérez en el marco de un caso de defraudación aduanera.
La indignación responde también a la opacidad en el manejo de los recursos utilizados para enfrentar la pandemia de coronavirus así como al rechazo a la creación de un superministerio que encabezará un joven cercano al mandatario.
El Congreso había aprobado préstamos por más de 3 mil 800 millones de dólares para atender la pandemia, pero apenas un 15% de esos recursos llegó a los guatemaltecos.
El manejo de la crisis sanitaria por parte de Giammattei, un médico de 64 años, ha sido duramente criticada por su vicepresidente, la oposición y sectores sociales que denuncian carencias en los hospitales y deficiencias para atender a los grupos afectados por los confinamientos.
Según datos oficiales, el covid-19 dejó casi 120 mil contagios y más de 4 mil muertos en este país de 17 millones de habitantes.
La Cruz Roja atendió a varias personas por intoxicación, dijo a la prensa Andrés Lemus, vocero del organismo.
La policía capturó a casi 40 personas, entre ellos dos menores de 18 años, y casi medio centenar fueron hospitalizadas por heridas, uno de ellos en estado grave.
Los uniformados lanzaron asimismo gases lacrimógenos a los manifestantes pacíficos de la plaza donde había decenas de niños, sembrando el pánico.
Estamos cansados, no hay otra forma más para poder demostrar nuestro repudio, nuestro hartazgo, estamos cansados ya de tanto abuso por parte de las autoridades», aseveró una manifestante que tampoco se identificó.
El Congreso, en su mayoría integrado por el oficialismo y partidos afines, aprobó esta semana un presupuesto para 2021 de casi 12 mil 800 millones de dólares, un 25% más abultado que el de este año.
El 59.3% de la población vive en la pobreza y la desnutrición infantil afecta a casi el 50% de los niños menores de cinco años.
Además, varias entidades económicas y analistas advierten que es un riesgo que un tercio del presupuesto sea financiado por deuda.
Fuente: Excélsior