Un enfermero español llamado Joan Pons, quien participa como voluntario en los ensayos de lavacuna contra el COVID-19 de la Universidad de Oxford y AztraZeneca dio positivo al virus.
El trabajador de salud, que vive desde hace 20 años en Reino Unido, informó de su situación a través de las redes sociales en donde publicó una imagen del resultado de una prueba que le realizaron.
Posteriormente publicó un video en el que explica detalladamente que “tras cuatro meses de resultados negativos, ayer di positivo”, informó.
En la grabación el enfermero explica que tiene síntomas como congestión nasal y dolor de cabeza desde el miércoles, por ello se comunicó al teléfono proporcionado por Oxford en caso de emergencias relacionadas con la vacuna.
Joan Pons contó que le indicaron que se realizara una prueba PCR (recoge material genético para detectar el virus), se la hizo y envió la muestra al laboratorio y un día después le anunciaron que estaba infectado con el virus.
“Yo estaba convencido de que era un resfriado común, ellos me pidieron que me hiciera un PCR y que no saliera. Fui al hospital en donde me han hecho muchísimas más pruebas”, dice el enfermero en el video.
Pons dijo que aún espera la llamada en la que las pruebas del hospital confirmen su positivo a COVID-19.
“Es lo que estábamos esperando porque en la fase tres lo que quieren saber es si la vacuna es eficaz o no y la única manera de saberlo es que voluntarios como yo se infecten”, dijo.
“Ojalá me haya puesto la vacuna, no el placebo, el tiempo lo dirá. La única manera de saber si la vacuna funciona es que los voluntarios demos positivo”, mencionó.
Esto quiere decir que en las pruebas de la fase 3 de las vacunas un porcentaje de los voluntarios recibe un placebo y otros la vacuna real, sin embargo, ni los científicos ni los voluntarios conocen quién tiene cada uno.
Ante el positivo del enfermero varios usuarios comenzaron a preguntarle si no tendría que ser inmune a la enfermedad con la vacuna a lo que Joan respondió que la acción de la vacuna no es crear inmunidad, sino que no se cree una enfermedad grave ante COVID-19.
Fuente: La Razón