La ONG para la protección del medioambiente Greenpeace ha alertado este viernes que el vertido de 1,23 millones de litros de agua de la central nuclear de Fukushima Daichi que están discutiendo las autoridades japonesas podría causar una catástrofe dado el alto contenido radioactivo del material, tan elevado que provocaría deficiencias genéticas en la población a través del consumo de peces contaminados.
En contra de las estimaciones del Gobierno, que ha indicado que el vertido de la planta, destruida durante el gran terremoto y el correspondiente tsunami de 2011 en Japón, consistirá de «agua
tratada» y que solo contiene tritio, un isótopo relativamente inocuo, la ONG asegura que el vertido va a expulsar al mar una gran cantidad de carbono-14, un isótopo radioactivo con una vida de 5.370 años y un potente agente contaminante, miles de veces superior al tritio y «capacitado para dañar el ADN humano».
En su informe «Conteniendo la marea 2020: la realidad de la crisis radioactiva de Fukushima», Greenpeace acusa tanto al Gobierno japonés como a la operadora de la planta, la estatal TEPCO, de «haber construido una serie de mitos en un intento de justificar sus planes de vertido».
Casi diez años después del desastre, TEPCO y el Gobierno siguen encubriendo la escala de la crisis y ocultado información sobre el material radioactivo de agua contaminada», según el autor del informe y especialista en contaminación nuclear Shaun Burnie.
El informe acusa además a TEPCO de haber recurrido a tecnologías de limpieza muy por debajo de los procedimientos óptimos de procesamiento que ofrecen compañías estadounidenses como Purolite, para optar en su lugar por la instalación de una depuradora que no está capacitada para limpiar el carbono-14 del agua.
Esta depuradora está operada por dos compañías japonesas, Toshiba e Hitachi, que carecen de la experiencia necesaria para lidiar con este problema, denuncia Greenpeace.
El Gobierno japonés ha sido incapaz de explicar tanto a los ciudadanos de Fukushima como a los de Japón entero, así como a otros países vecinos, como Corea del Sur o China, que el vertido contiene niveles peligrosos de carbono-14″, añade el informe.
Combinado con otros materiales existentes, el carbono-14 seguirá representando un peligro durante miles de año y podría causar un daño genético, de ahí que sea necesario abandonar este plan», ha explicado Burnie.
Para el experto, «se trata de un problema de voluntad política», y ha reprochado al Gobierno nipón que haya elegido «la opción más barata» de recurrir al vertido. «La política del Gobierno japonés de tirar estos residuos al océano Pacífico no está basada ni en la ciencia ni en los principios de protección medioambiental, ni tiene justificación alguna», concluye la organización.
Fuente: Excélsior