“De su amigo JGL”. Esa es la inscripción, hecha con un sello indeleble, con la que Joaquín Guzmán Loera, el Chapo, supuestamente ha marcado una serie de billetes de 200 pesos mexicanos (alrededor de nueve dólares), de acuerdo con la prensa local. Los llamados chapobilletes han sido vistos en cajeros automáticos y aceptados en comercios del Estado de Sinaloa, en el noroeste del país, donde tiene su bastión el cartel homónimo que dirigía hasta que fue condenado a cadena perpetua por una corte de Nueva York en julio del año pasado.
Dos meses después de la sentencia del capo en Estados Unidos, a principios de septiembre de 2019, el Banco de México emitió una serie de billetes de 200 pesos para conmemorar los 25 años de su autonomía como banco central. En el anverso aparecen los retratos de Miguel Hidalgo y José María Morelos, dos caudillos de la independencia de México. En el reverso hay una ilustración de un águila real en la Reserva de la Biosfera El Pinacate y el gran desierto de Altar, un área protegida en el Estado norteño de Sonora. Lo que no estaba previsto era la aparición de las iniciales de Guzmán Loera, sobre todo tras haber sido confinado en una prisión de máxima seguridad en Florence (Colorado), en Estados Unidos.
“De volada [inmediato] por ser de aquí identifiqué las iniciales”, comenta Nicolás, de 31 años, un habitante de Culiacán, la capital de Sinaloa, que pide el anonimato por miedo a represalias del narcotráfico. Cuenta que hace más de un mes fue a hacer un retiro a un banco que está en la avenida Prolongación Álvaro Obregón, una de las vías principales de la ciudad, y que se encontró un billete de 200 pesos con la marca. “Le dije bromeando a mi esposa: ‘Mira, de parte del patrón”, relata, “la verdad me sorprendió mucho, no es como que alguien me lo hubiera dado en la mano, lo saqué de un banco”.
La inscripción de los billetes, sobre la que no se han pronunciado las autoridades federales ni estatales, no ha sido la única demostración de fuerza que ha hecho el cartel. En octubre de 2019 se desató el caos en Culiacán, la capital de Sinaloa, tras un operativo del Gobierno mexicano para capturar a Ovidio Guzmán, el Ratón, hijo de El Chapo con Griselda López, su segunda esposa, y en la mira de la justicia estadounidense desde 2012. Las fuerzas policiales eventualmente decidieron liberar al detenido tras varias balaceras y bloqueos de los narcotraficantes.
“No puede valer más la captura de un delincuente que las vidas de unas personas”, justificó el presidente, Andrés Manuel López Obrador, en un acto que conmocionó y desató críticas en la sociedad mexicana, después de un episodio en el que su Gabinete de Seguridad ofreció explicaciones confusas y, hasta cierto punto, contradictorias. “Culiacán: ustedes mandan”, fue la portada del semanario Proceso, tras las escenas de refriegas de balas y festejos del cartel luego de la retirada de las fuerzas del orden.
Los chapobilletes, de cuya existencia informó primero el semanario Ríodoce, no han tenido problemas para circular y ser utilizados en sucursales bancarias y tiendas de conveniencia de Sinaloa. Las reglas del Banco de México para billetes con sellos o anotaciones establecen que el circulante no es válido si las marcas tienen “como finalidad divulgar mensajes dirigidos al público, de carácter político, religioso o comercial”. También se señala, sin embargo, que los nombres escritos a mano, estampados o impresos no afectan el valor comercial de los billetes. Ante la ambigüedad por tratarse de un grupo criminal, un portavoz del Banco Central dijo a este diario que se está dando seguimiento al tema, pero se ha limitado a reenviar los lineamientos sin aclarar las dudas sobre la validez del billete.
Desde Ríodoce explican que encontraron la historia cuando una persona fotografió el billete después de sacarlo de un cajero en Culiacán el pasado 27 de septiembre y que más personas les han dicho que se han topado con el sello en el dinero, pero comentan que es muy difícil determinar cuántos chapobilletes circulan dentro y fuera de la capital del Estado. Varias personas reaccionaron a la publicación del semanario en Facebook con sus propias fotos y anécdotas con los billetes, pero la mayoría ha preferido no hablar por la inseguridad en Sinaloa. Entre enero y agosto de 2020, el Estado ha registrado 487 homicidios dolosos, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Con todo, Sinaloa no está entre las 10 entidades de México con más asesinatos, de acuerdo con el último corte.
Mientras las imágenes de los billetes se han hecho virales y han causado indignación en el país, la cuestión de fondo sigue siendo el control e influencia que aún ejercen los carteles mexicanos, en medio de una guerra entre el Estado y los grupos criminales que se ha prolongado por más de una década. A pesar de que Estados Unidos ha puesto en la mira al Cartel Jalisco Nueva Generación, la organización de El Chapo mantiene la red internacional más grande entre los seis principales carteles mexicanos, de acuerdo con el último informe anual de la DEA, publicado en enero.
“Oficialmente ya no hay guerra, nosotros queremos la paz”, dijo López Obrador en una conferencia de prensa el 30 de enero de 2019. El presidente señaló que, a diferencia de sus predecesores, su Gobierno ya no tiene como estrategia capturar a las cabezas de los carteles porque las detenciones no han frenado la violencia criminal. Un año y medio después, la repentina aparición de los billetes sellados a nombre de el Chapo parece haberle dado la razón.