El altar de muertos es una ofrenda popular en la cultura mexicana en donde las personas recuerdan a sus fallecidos a través de un diálogo con su recuerdo en vida, en el que los vivos reciben a las ánimas de sus fallecidos. Al recibir a las ánimas es indispensable que se encuentren todos los elementos necesarios para que su estancia sea placentera, así como conocer el significado que tiene esta ofrenda.
El altar de muertos busca que tanto los vivos como los muertos puedan compartir un momento de reunión, al repartir el pan, el agua, la sal, el vino, entre otras cosas que contiene la ofrenda.’Recordar es volver a vivir’, eso busca el altar, estar cerca de nuestros seres queridos y dialogar con su recuerdo de vida. La ofrenda de muertos busca reencontrar a la persona fallecida a través de la memoria.¿Cuáles son los elementos de una ofrenda para el día de muertos?La ofrenda del día de muertos puede incluir diferentes cosas de acuerdo con la tradición de cada familia, sin embargo, hay elementos esenciales que no pueden faltar en cualquier altar.
- El agua, utilizada para que las almas sacien la sed después del largo recorrido hacia el mundo de los vivos y recobren fuerzas para regresar.
- La sal, utilizada para que las ánimas no se corrompan en sus viajes de ida y vuelta y puedan regresar el año siguiente.
- Velas y veladoras, que significan la luz, la fe y la esperanza y se utilizan para guiar a las ánimas de regreso a sus hogares. En algunas comunidades indígenas, cada vela o veladora representa un difunto, por lo que la cantidad dependerá del número de almas que quieran recibir. Igualmente, la posición y el color de las velas tienen un significado, una vela morada representa duelo y si se colocan en punto de cruz, hace referencia a los puntos cardinales, para que el alma pueda orientarse.
- Copal e incienso, utilizado para limpiar el hogar de los malos espíritus y que el alma del ser querido pueda llegar a casa sin ningún peligro.
- Flores de Cempasúchil, utilizadas como símbolo de festividad, con el aroma y el color alegran al ánima que al marcharse se irá contenta.
- El pan, utilizado más como forma religiosa, al ser «el cuerpo de Cristo», es una manera de ofrecer un reencuentro fraternal.
- El retrato del fallecido, el cual debe estar escondido de tal manera que únicamente pueda verse a través de un espejo, como forma de dar a entender que está aquí pero no se le puede ver.
- Calaveras de azúcar entres tamaños. La pequeña está dedicada a la Santísima Trinidad, la mediana representa que la muerte está siempre presente y la grande al Padre Eterno.
De igual forma, dentro del altar se puede colocar papel picado, mole con pollo, licor, una cruz grande realizada con ceniza, una imagen de las ánimas del purgatorio, gollete y cañas, izcuintle o petate. Las ánimas regresan al mundo de los vivos el día 1° de noviembre, por lo que el altar debe estar preparado para recibirlas la noche del 31 de octubre, con todos los ornamentos dedicados al fallecido. Es importante recordar que un altar de muertos para un menor es diferente que uno realizado a un mayor de edad. En el caso de los pequeños, la comida no debe estar condimentada con chile, sino todo lo contrario, contener mucho dulce. De igual manera es importante que los ornamentos sean en su mayoría de color blanco e imprescindible que tanto las velas o veladoras como el candelabro lleven este color, pues simboliza la pureza y la inocencia. La escala debe ser en miniatura a comparación de otro tipo de altares y no contener ningún elemento que únicamente se le pondría a un altar para «grandes», que sea especial para el niño, de lo contrario podría deprimirse o enojarse y no comer lo ofrecido. (https://www.marca.com/)