Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) habrían notificado a los funcionarios de salud de 50 estados y cinco grandes ciudades para que se alisten a comenzar a distribuir una vacuna contra el Covid-19 entre trabajadores de la salud y otros grupos de alto riesgo para fines de octubre o inicios de noviembre, reportó The New York Times.
Esto ocurriría días después de que Stephen Hahn, comisionado de la Administración de Alimentos y Medicinas de Estados Unidos (FDA), informó que no descarta dar una aprobación de emergencia a una vacuna en desarrollo, siempre y cuando haya datos científicos que lo permitan.
También Anthony Fauci, el principal epidemiólogo del país, ha señalado que una vacuna podría estar disponible para ciertos grupos si los resultados preliminares son positivos.
Los expertos en salud pública coinciden en que las agencias de salud deben prepararse urgentemente para lo que eventualmente será un esfuerzo vasto y complejo para vacunar a cientos de millones de estadounidenses.
Pero la posibilidad de un lanzamiento a fines de octubre o principios de noviembre también ha aumentado la preocupación de que la administración Trump esté buscando apresurar la distribución de una vacuna, o simplemente exagerar que es posible, antes del día de las elecciones el 3 de noviembre.
Los planes de los CDC, de acuerdo con The New York Times, establecen especificaciones técnicas para dos candidatos descritos como «Vacuna A» y «Vacuna B», incluidos los requisitos de envío, mezcla, almacenamiento y administración. Los detalles parecen coincidir con los productos desarrollados por Pfizer y Moderna, que son los más avanzados en los ensayos clínicos de última etapa.
Una aprobación de emergencia asemejaría a lo ocurrido en Rusia, donde la vacuna Sputnik Vse aprobó sin concluir las pruebas, lo cual en su momento fue condenado por autoridades de Estados Unidos.
Fuente: La Razón