La histórica jueza de la Corte Suprema de los Estados Unidos, Ruth Bader Ginsburg, murió este viernes a los 87 años.
En un comunicado, el máximo tribunal indicó que estaba “rodeada por su familia en su casa de Washington DC” y que su deceso fue consecuencia de un cáncer pancreático.
Ginsburg, que se convirtió en un ícono cultural por sus posturas progresistas -especialmente en materia de género- ocupó una de las nueve bancas de la Corte Suprema estadounidense por más de 27 años. Fue la segunda mujer en llegar a ocupar un puesto de esa jerarquía.
La jueza había resistido llamados de voces progresistas para dejar su banca durante la presidencia de Barack Obama, cuando el entonces presidente podría haber nombrado un sucesor que compartiera sus posturas, considerando que es el jefe de Estado quien tiene la potestad de nominar jueces en Estados Unidos.
Ahora Trump, al reemplazar a Ginsburg, consolidaría la tendencia conservadora de la Corte Suprema, que hasta antes de su deceso contaba con cinco jueces calificados como tales y cuatro considerados progresistas.
Trump, de hecho, actualizó la lista de sus potenciales candidatos el pasado 9 de septiembre. Todos son firmemente conservadores, y entre ellos se destacan dos caras conocidas en el escenario político estadounidense, algo poco común cuando se trata de potenciales jueces de la corte: son los senadores Ted Cruz, de Texas, y Tom Cotton, de Arkansas
Fuente: Infobae