El 25 de agosto pasado el futbolista Lionel Messi envió un comunicado al club de sus amores, el Barcelona para informar que ya no quería continuar su carrera como futbolista en ese equipo. De inmediato acaparó las primeras planas en el mundo desbancando a la pandemia de COVID-19 en los medios de comunicación, durante diez días hasta que se presentó a entrenar, el 7 de septiembre.
Durante esas dos semanas no se habló en la prensa de otra cosa más que del futbolista y su decisión de abandonar el club de sus amores. Como el entorno del deportista era muy parco hubo toda clase de especulaciones respecto a la disposición del argentino.
El colmo fue una entrevista banquetera al padre de Messi, Jorge que es también su representante y llegó a la ciudad Condal para negociar un posible arreglo. Corriendo el periodista le hizo tres preguntas: ¿Se va Leo del Barca? ¿Cómo lo ves? ¿Has hablado con Guardiola? Las respuestas: No sé; Difícil; No. Y a partir de ahí todos los periódicos del mundo construyeron notas y notas informativas en donde como una bola de nieve crecían las especulaciones.
El Futbol Club Barcelona que lo vio crecer, lo desarrolló como futbolista, lo hizo famoso y millonario. Él devolvió con creces: 9 ligas, 6 Copas del Rey, 4 Champions, 7 Pichichis, 6 Botas de Oro. Por mucho el jugador más productivo del club de futbol catalán. Así que ambos bandos no se deben nada.
Desde que comenzó la pandemia del SARS COVID-19 notificado por primera vez en China en diciembre del 2019 y declarada pandemia a finales de marzo del 2020 por la Organización Mundial de la Salud, OMS no se hablaba de otra cosa en los medios.
El futbol es pasión y para muchos más, una religión. Es un fenómeno de masas. Estuve en el Estadio Azteca durante todos los juegos de la selección mexicana de futbol en el mundial de México 86 y es impresionante la atmósfera y la vibración que te envuelve durante ese tipo de partidos. También en un partido real Madrid contra la Roma de la Champions en 2001 en el Santiago Bernabeú o en el antiguo Wembley, la catedral del futbol, para una eliminatoria mundialista de la selección de Inglaterra en 1979, y es increíble. Es indescriptible el fervor de los aficionados y la atmósfera de devoción que te envuelve y contagia. Es un verdadero fenómeno social. El seguidor sueña y sufre con los resultados del equipo de sus amores. Si gana, está varios días eufórico, si pierde está triste y deprimido. El futbol le ofrece identidad y emoción. El futbol es una de las prácticas sociales de identificación colectiva más importantes de la actualidad porque se ha transformado en una actividad global. El futbol es la 17ª economía del mundo. (El futbol como fenómeno de masas. Carina Mazzola)
El futbol es también instrumento de poder, existen intereses económicos, políticos (te hace olvidar la realidad, por ejemplo el coronavirus); e intereses ocultos (el narco ha poseído y manejado varios clubes tanto en México como en Colombia para lavar dinero). Un poder para hacer dinero, controlar y manipular. El futbol es un agente social con gran repercusión. Una historia interesante es la de los hermanos Álvarez Cuevas en el equipo Cruz Azul de México. Es también una profesión.
Últimamente crecen en las redes sociales las manifestaciones sobre el hartazgo de la gente al encierro, las restricciones y sobre todo las malas noticias. Por eso la reanudación del futbol con la Champions fue un bálsamo para millones de aficionados hasta que el Bayern de Múnich le metió ocho goles al Barcelona y le lleno la
copa a Messi. El futbolista decidió que su ciclo en el club había terminado. Así que, al terminar la copa, hubo el show de Messi.
México fue el segundo país en el mundo en conectarse al internet después de EU. Esta historia la conozco de primera mano porque uno de los padres del internet es amigo mío, vive en los Cabos y el otro se ha vuelto también mi amigo y vive en nuestra isla. Me llama la atención cómo se ha utilizado esta gran herramienta (la web) para manipular y mentir. Ejemplos los últimos procesos electorales en México y EU; y sobre todo durante la pandemia que ha producido toda clase de teorías conspiratorias. Somos el segundo país en el mundo con más mentiras y fake news en la red.
Estamos cansados de la pandemia y se ha desarrollado una resistencia hostil para aceptar la realidad. Estamos hartos y apenas estamos comenzando. El estrés intenso y constante al que estamos siendo sometidos, comienza a afectar la salud mental de la sociedad. Nuestro cerebro es creador de universos. Y estamos creando el peor de los universos en los que podemos vivir y estamos sentados tan solo viendo nuestro celular.
Hemos dicho aquí que uno de los peores resultados que existen de la proliferación de fake news en la web es la tentación de reprimir y censurar la libertad de opinión. El filósofo Noam Chomsky, ha dicho que la democracia está en riesgo. Pero nos hemos vuelto flojos y aceptamos lo que las notas falsas de internet nos dicen sin corroborarlas con una fuente confiable.
El mundo digital, esta hecho para que tengas recompensas a estímulos digitales y nuestro cerebro es analógico. Estamos reduciendo, si no es que eliminando, atributos de la mente humana importantes que nos han traído hasta donde actualmente estamos: empatía, intuición, creatividad, pensar fuera de lo establecido, el uso de la inteligencia, relacionar información, analizar, sacar conclusiones, dice el neurocientífico brasileño Miguel Nicolelis investigador de la Universidad de Duke. Los medios digitales han remodelado nuestro cerebro.
Durante esta pandemia nos han dicho que debemos defender la economía. La economía es una invención del cerebro humano. La sobrevivencia de los mercados no es importante para nuestra sobrevivencia como especie. Quien domina la información y el conocimiento domina a la especie humana.
La ciencia se construye sobre hipótesis que se trabajan, se discuten, comprueban o se descartan para ir avanzando. Existe un continuo en ese trabajo que si no se sigue cuidadosamente pareciera que los científicos se contradicen. Muchos seudocientíficos sacan de contexto estas contradicciones aparentes de la ciencia para construir teorías de la conspiración. Son versiones simplificadas y maniqueas de las teorías científicas y su desarrollo. No hay conspiraciones sin medios de comunicación. Los entornos saturados de datos, crean atajos mentales que nos ayudan a tomar decisiones sin esfuerzo. Eso lo explotan maravillosamente las redes sociales.
Messi en la entrevista que concede para anunciar que se queda otro año en el Barca a falta de comprador y de que Bartolomeu lo engañó, dice en algún momento, “lo más importante es que podamos superar todo esto y que termine la situación esta del virus y podamos vivir como vivíamos antes”.
El problema es que, ya nada será como era antes. La fantasía de la economía global se ha derrumbado y será peor el próximo año a decir de varios importantes economistas como Jacques Atalli asesor del gobierno francés.
Hay amenazas peores que la pandemia como las razones que lo causan: el deterioro constante del medio ambiente, la contaminación de agua, tierra y aire; la pérdida de biodiversidad (perder las abejas es peor que la caída de la economía, contaminar el aire y nuestros acuíferos también lo es), la deforestación y fraccionamiento de hábitats. El Cambio Climático es la peor amenaza que enfrentamos los seres humanos. Los incendios y temperaturas medias del planeta este verano, los fenómenos atmosféricos como los huracanes (en este momento hay siete sistemas al mismo tiempo en el Atlántico) nos lo dicen todos los días y seguimos de espectadores detrás de los teléfonos celulares tratando de saber si Messi jugara bien o boicoteará al equipo de sus amores. Salvo su mejor opinión querido lector.