La voz de los estados
Siempre he sostenido que, en ocasiones, hay ausencias que son más poderosas que las presencias y tal fue el caso en este 15 de septiembre.
En las 32 entidades, municipios y en la Plaza de la Constitución, el grito se llevó a cabo sin gente. La verbena calló y dio paso a un silencio, abrumador, sobrecogedor que trajo a la mente fuertes imágenes; la de los médicos y enfermeras salvando vidas, la de los mexicanos víctimas de esta pandemia, más de 70 mil, la de las familias que perdieron a un ser querido.
El formato de la ceremonia en el zócalo me parece que fue inmejorable. Con solemnidad y símbolos de esperanza, el presidente condujo el mismo justo como la ocasión demandaba.
El silencio quedará inscrito en la memoria colectiva, junto con los cubre bocas, los semáforos sanitarios, el confinamiento y la situación económica que acecha.
Un grito de independencia, pero también resiliencia.