Internacional

Beirut espera el milagro de encontrar un superviviente un mes después de la explosión

Publicado por
Aletia Molina

Líbano conmemoró el primer mes desde la brutal explosión en el puerto de Beirut que dejó 191 muertos, miles de heridos, media ciudad destrozada y un país traumatizado, con todos los ojos puestos en las labores de rescate de los Topos de Chile. El grupo chileno y su perro Flash devolvieron la esperanza a una ciudad rota que desde el jueves sigue al detalle cada movimiento de este equipo que detectó señal de vida humana entre los escombros de una casa de Mar Mikhael, barrio cristiano que sufrió graves daños.

A la espera del milagro, la ciudad guardó un minuto de silencio a las 18.07, el momento exacto en el que el 4 de agosto saltaron por los aires las 2.700 toneladas de nitrato de amonio que permanecían guardadas de manera incomprensible en un almacén del puerto desde 2014. Las iglesias hicieron repicar sus campanas, las mezquitas llamaron a la oración y se detuvo el tráfico en la zona cero que rodea al puerto «en señal de luto por las almas de los mártires y con la intención de que se recuperen los heridos», según un comunicado del Ejército.

Con toda la atención y los ánimos de los libaneses, los rescatadores trabajaron con sumo cuidado durante toda la jornada y cavaron con sus propias manos tres túneles para intentar acceder a la zona en la que Flash, un precioso ejemplar de Border Collie, dio el aviso de presencia humana y el sensor recogió latidos.

Fuentes de la Defensa Civil libanesa consultadas por los medios locales defendieron en todo momento que, después de un mes bajo escombros, «en un 99 por ciento de probabilidades no se trata de una persona viva», pero afirmaron que había que seguir trabajando por ese uno por ciento de esperanza que daba la señal detectada por el sensor chileno. El gobernador de Beirut, Marwan Abboud, declaró que podría haber uno o dos cuerpos.

«Tras haber retirado los escombros grandes, realizamos nuevos tests para vigilar el ritmo cardíaco o la respiración, que revelaron un débil ritmo (…) siete latidos por minuto», declaró a los medios Nicolás Saadeh, coordinador de las tareas de búsqueda entre el equipo chileno y defensa civil. Según el Ejército, un mes después de la explosión siete personas continúan desaparecidas.

La investigación sigue abierta, finalmente es libanesa y sin presencia de expertos internacionales y hay 25 personas arrestadas, entre ellos el director del puerto y el jefe de aduanas. Los libaneses exigen respuestas y que se haga justicia, pero de momento no se han aclarado los motivos de la peor explosión que ha sufrido esta ciudad en su historia. El jueves, las fuerzas de seguridad informaron del hallazgo de varios contenedores en la zona del puerto con otras cuatro toneladas de nitrato de amonio, pero no precisó si era una cantidad que no explotó de las 2.750 toneladas iniciales o si se trataba de una partida diferente.

La explosión fue la gota final para acabar con la paciencia de un país sumido en una grave crisis política y económica. La ira popular estalló cuando se supo que tanto el presidente, Michel Aoun, como el primer ministro, Hasan Diab, conocían la presencia del almacén con que las 2.700 toneladas de nitrato de amonio en el puerto de la ciudad, recibieron avisos su peligrosidad, pero no hicieron nada.

El gobierno de Diab dimitió en bloque el 10 de agosto y el ahora designado nuevo primer ministro, Mustafa Adib, trabaja en la confección de un gabinete de urgencia que quiere que sea «pequeño y formado por expertos». El juez encargado del caso escuchó el jueves el testimonio del primer ministro saliente, Diab, que se convirtió en la primera autoridad del país en prestar declaración.

Fuente: El País

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Aletia Molina