“A lo mejor ya no va a volver a ser igual ¿no?”, dice con expresión apagada la señora Marta, fabricante y vendedora de artesanías de barro en Santa María Atzompa, sobre la situación actual de las ventas de piezas de materiales tradicionales como tela o barro, las cuales a raíz de la pandemia se desplomaron, dejando una gran afectación económica.
“Pues era normal, porque si bien tampoco había así por mucho, había algo; estaban bajas, pero había. Con lo del COVID, pues de plano se frenó. Nos la vimos difícil porque la venta se quedó aquí, pues, entre la gente del pueblo, vecinos y muy poca gente que viene de fuera, turistas pues”, señaló.
Esto, porque antes de que la pandemia por coronavirus (COVID-19) alcanzara a Oaxaca, el pasado mes de marzo, la llegada de visitantes al estado y principalmente a la capital y la zona conurbada, era la habitual. Turistas nacionales y extranjeros llegaban a ‘pueblear’ y hacían el gasto con los artesanos. Tras la pandemia, de eso no hay ni rastro.
“Pues mire, vamos ahí poco a poco, ya ve que ahora pues no hubo Guelaguetza ni nada de fiestas; entonces, pues esperamos que ya que pase todo esto, pues la gente regrese aquí a Oaxaca. Eso nos ayuda a todos”, concluyó la artesana.
Y es que durante la pandemia fueron muchas las formas que se idearon para mantener vivo un negocio. Principalmente a través de internet, los fabricantes de piezas de tela, barro, madera y demás materiales encontraron una alternativa para continuar promocionando sus artículos. Sin embargo, siempre hace falta un apoyo.
“Yo sí recuerdo que dijeron que iban a empezar a meternos a un programa para que pudiéramos vender por internet y mandar a Estados Unidos y no sé qué; eso fue en mayo, abril, me parece. Entonces, ya estamos en septiembre y seguimos igual, si no es que peor, porque imagínate, cuatro, cinco meses sin vender y luego ahora sin gente”, puntualizó una comerciante y fabricante de textiles que pidió omitir su nombre.
Su opinión no dista mucho de la realidad, pues hace poco se anunció que el gobierno estatal había alcanzado un acuerdo con Amazon, el gigante de internet, para crear una plataforma en la que los artesanos de todo el estado tuvieran una ventana de comercialización e incluso exportación de sus productos. Si la plataforma se creó, al parecer muchos productores se quedaron fuera.
Las redes sociales, dicen muchos, ‘son lo de hoy’. Y es que a través de estos espacios como Facebook, Twitter o Instagram, son muchas las personas que han encontrado la oportunidad para tener ‘un negocio virtual’ que les sirve como respaldo para su trabajo físico y que, si bien marcha todo, les puede redituar en ventas.
“En mi página, en mi página de face, ahí me contactan, me piden presupuestos, precios de piezas, de todo. La otra vez me preguntaron por unos recuerdos para una boda, pero eran de Monterrey, Chihuahua, de allá del norte. Pero de que sirve, pues sí sirve que te llamen; pues quiere decir que ven tu trabajo”, señaló la vendedora de textiles.
Parecida situación vive el señor Abel, cuyos nietos le ayudaron a que, aunque durante la pandemia dejara de vender en su local, no le pasara lo mismo on line, donde afortunadamente logró concretar algunas ventas.
“Mis nietos son los que le saben, ya yo nada más les doy el precio, les digo las características y les contesto lo que preguntan; uno como es ya mayor, pues no le sabe tanto a eso del face y del celular, pero ellos como están jóvenes, pues le mueven bien ahí. Pero sí, aquí no abríamos, pero hice tres, cuatro ventas ahora en la pandemia. Me acuerdo mucho porque una fue por el 10 de mayo”, platicó.
Hasta el momento, la pandemia por coronavirus se mantiene en la entidad y en Valles Centrales, en donde el semáforo epidemiológico se encuentra en amarillo, aunque con las medidas y restricciones sanitarias necesarias. Lo que se espera es que en próximos meses, cuando las actividades se normalicen, el turismo regrese para poder reactivar la economía. (ÉRICK RÍOS. NVI NOTICIAS.)