La mayoría de los miembros de la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) aseguraron que persiste la incertidumbre sobre la recuperación económica tras el choque provocado por la crisis económica y sanitaria por COVID-19; por lo que la reactivación dependerá de la contención de la epidemia y el desarrollo de una vacuna. Ante esto, uno de los miembros, aseguró que regresar a niveles previos a la crisis se podría tardar hasta seis años.
A través de la Minuta con motivo de la decisión de política monetaria anunciada el 13 de agosto pasado, se detalló que algunos miembros comentaron que si bien se espera una recuperación debido al relajamiento de las medidas de confinamiento, esta será gradual y prolongada.
Ante esto, uno de los subgobernadores señaló que se prevé que se alargue más el periodo de depresión de la economía, con una afectación específica en el mercado laboral, por lo que regresar a niveles que se tenían en 2018, podría ser hasta 2026.
«Uno señaló que la actividad económica se mantendrá deprimida por un largo periodo, con una afectación mayor sobre el mercado laboral. Resaltó que, ante una recesión de una magnitud no vista en 88 años, todavía no se vislumbra un patrón de recuperación. Agregó que diversos escenarios sugieren un periodo de entre dos y hasta seis años para que el PIB regrese al nivel observado en 2018», refiere el documento.
Otro integrante destacó que el grado de fragilidad de la recuperación es alto si se considera el daño de mediano y largo plazos sobre las empresas y la inversión.
Entre los riesgos para el crecimiento, algunos mencionaron la posibilidad de que se prolonguen las afectaciones en la producción de bienes y servicios y en los ingresos de empresas y hogares.
Mientras que un integrante de la Junta de Gobierno dijo que las presiones en los ingresos públicos podrían afectar las perspectivas del riesgo soberano y que problemas de solvencia en hogares y empresas podrían presionar la estabilidad del sistema financiero.
En el ámbito externo; otro añadió que los riesgos se acentúan en virtud del modesto apoyo de la política fiscal y agregó que ante la posibilidad de un rebrote de casos de COVID-19, no puede descartarse un nuevo episodio de contracción.
“Otro mencionó que el grado de fragilidad de la recuperación es alto si se considera el daño de mediano y largo plazos sobre las empresas y la inversión, misma que ya se encontraba afectada antes del surgimiento de la crisis sanitaria. La mayoría indicó que el crecimiento se encuentra sujeto a importantes riesgos a la baja”.
La mayoría resaltó que las expectativas de crecimiento han seguido deteriorándose. Se indicó que para 2020 hay proyecciones de contracciones de hasta dos dígitos. Ayer Banxico ajustó sus escenarios para la recuperación económica, en la que espera, en el peor de los escenarios, una caída de hasta 12.8 por ciento.
Bajo este contexto, la mayor parte de la Junta argumentó que se requiere de medidas de acompañamiento, como programas de garantía, para un mejor funcionamiento de las medidas extraordinarias adoptadas por el Instituto Central.
Por otro lado, se detalló que la mayoría mencionó que los ajustes recientes en la inflación propiciaron un aumento en las expectativas de la inflación general para el cierre de 2020; mientras que las de largo plazo se han mantenido en niveles superiores a la meta de tres por ciento.
En este contexto, la mayoría coincidió en que el balance de riesgos para la inflación se mantiene incierto.
Fuente: La Razón