Medio Ambiente

Nuestro país yermo: Rodrigo Navarro

Publicado por
José Cárdenas

Rodrigo Navarro

De acuerdo con estos tiempos en que la especulación financiera se impone a la productividad, el disco duro de mi computadora tronó. Gracias a la obsolescencia programada, OP. Al parecer hoy día, cinco años hace de un aparato obsoleto y un vejestorio. Como muchos otros esquemas de úsese y tírese, la OP deberá ser a su vez ser desechada. Es tiempo de replantearnos muchas de nuestras conductas y hábitos de consumo. Por ello no pude publicar mis artículos el mes pasado, por lo que le pido a mis pocos lectores, una disculpa.

En estos tiempos nuestros de pandemia, le he contado querido lector, he leído demasiada basura y noticias falsas. Sin embargo, he encontrado algunas joyitas que le comento en este artículo que tendré que publicarlo por partes debido a su longitud.

He estado viendo las conferencias del Colegio Nacional y encontré una gema, una conferencia de Juan Villoro sobre Pedro Páramo de Juan Rulfo. A 55 años de su publicación sigue vigente la depauperación de nuestro país que la obra plantea. En estos 55 años el modelo económico escogido, no solamente por nuestro país sino globalmente, se nutre de nuestros recursos naturales y con voracidad hemos perdido más del 50% de nuestros recursos pesqueros, de nuestros arrecifes, el 70% de nuestros bosques, hemos contaminado el 60% de nuestros acuíferos y sobreexplotado el 25% de los subterráneos. En 2019 SEMARNAT monitoreó 400 playas y el 99% de ellas estaban contaminadas. El aire que respiramos de todas nuestras grandes ciudades.

Todo por la acción humana. Por los empleos, alegan los políticos, por la salud de nuestra economía, los economistas y empresarios. Si algo ha desnudado esta pandemia es el deterioro de nuestros sistemas de salud y educativo para favorecer a las grandes empresas trasnacionales. No podemos hacer si quiera un decoroso frente a este grave problema que plantea el virus SARS COVID-19.

Los seres humanos no hemos entendido la profundidad de esta crisis que padece nuestra forma de vida y que la pandemia ha desnudado. Los gobiernos evadirán los efectos de esta crisis con

una actitud de engaño, asevera el economista y pensador francés Jacques Attali, miembro del consejo de estado del gobierno francés. Consultado por los presidentes de Francia desde Francois Miterrand hasta Macrón. La economía global ha muerto, expresa tajantemente. La caída de la economía será una curva en caída como una silla. Se estancará algún tiempo y luego ira más abajo. La crisis está escondiendo la realidad del sistema económico global, que va en picada. Esconden la realidad a través de organismos como el BM y el FMI. Esto no tiene fácil solución. El turismo, la aeronáutica, el sector automotriz, están muertos. Deberíamos implementar una economía de guerra tal como ocurrió después de la Segunda Guerra Mundial, remata.

Ahora es tiempo de algo que se ha llamado “la economía de la vida”, salud, educación alimentación sana, mundo digital, les irá muy bien. La solución no está en los políticos ni en las urnas. No estamos preparados para esta pandemia, para las que siguen y para la siguiente catástrofe que es el Cambio Climático, la mayoría de la gente prefiere no pensar en estos problemas que se avecinan.

«La gente no entiende», dice la señora de posición privilegiada, mientras descargan en su puerta el cajón de fruta y verdura y las bolsas de comida que compró online y pagó con su tarjeta de crédito. Al margen, los barrios invisibles, las «casas» de 4 mt. cuadrados, chozas de maderos, plásticos, triplay y cartón, donde el frío es frío y el calor abraza y quema, no deja dormir.

Clases en línea, ¡en serio! ¿En qué mundo viven? no hay ni luz, ni computadora mucho menos internet. ¿Están ciegos? En muchos lugares en el mundo hay millones de familias y hogares en los cuales lo que ganaste ayer, es la comida de hoy. En donde, si no ganaste ayer, no hay comida hoy. Donde se conocen las medidas sanitarias, pero es imposible cumplirlas si no hay para tortillas menos para cubre bocas o gel antibacterial. Con miedo, temblando y con hambre, se sale a la calle a buscar ganarse un peso para llevar comida, aunque sepas que puedes llevar la muerte. Sólo se intenta vivir, resistir, sobrevivir día a día. El virus no nos hace iguales.

La Revista francesa Charlie Hebdo escribe una editorial, “la cuarentena demuestra tres cosas: Uno nuestra economía se

derrumba tan pronto como deja de vender cosas inútiles a las personas sobre endeudadas. Dos: es perfectamente posible reducir la contaminación. Tres: las personas peor pagadas en nuestra economía, son las más esenciales para su funcionamiento.

No hemos aprendido, estamos llenando los océanos de guantes, tapabocas y bolsas de plástico de un solo uso que ya se habían desechado en muchas partes del planeta. El miedo es el signo de los tiempos. Y los políticos lucran con el temor.

En 1985 estudiaba la maestría en literatura (estructuralismo) en el ITAM con Luis Astey. Analizamos entre muchas otras obras, el poema de T.S. Elliot, La Tierra Yerma, 1922; la tierra árida, baldía, el páramo o la tierra agotada. Editado el mismo año que el Ulises de Joyce. Era increíble como Luis en una sola línea podía interpretar por horas los diferentes significados y alusiones a la literatura (la biblia, la literatura griega, el tarot, los poetas malditos, folklore sajón y celta, etc.) los mitos y los arquetipos.

Elliot superpone imágenes aparentemente sin una secuencia lógica en el poema. Se me quedo muy grabado a pesar de que ya pasaron 35 años. Un caballero emprende la búsqueda infructuosa del símbolo de símbolos: el santo grial en la tierra vacía (yerma); la desolación, el vacío, la esterilidad, el sinsentido, la trivialidad, una sabia oscuridad como bien decía Luis. El espejo roto de la modernidad. La ciencia, a pesar de las iglesias, se convirtió en el sumo rector de la vida moderna. Se pensaba que la ciencia podría lograr cualquier cosa. También analizamos la obra maestra de la literatura mexicana, Pedro Páramo de Juan Rulfo.

Continuaremos en la próxima entrega.

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José Cárdenas