El gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha podido sortear el impacto del desplome de los ingresos públicos causado por la crisis mundial de Covid-19 gracias a dos fondos de emergencia creados y administrados por las administraciones federales pasadas.
Sin embargo, esos recursos se agotan y este año se descarta que haya ingresos excedentes para futuros ahorros.
Dos de los cinco fondos de emergencia (estabilización presupuestaria), el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FIEP) y el Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas (FEIEF), fueron creados en 2006 con el objetivo de compensar las arcas públicas cuando se reporten ingresos faltantes en referencia a los programados. En su mayoría estos fondos se componen de los ingresos petroleros excedentes de los últimos 10 años, explicó Kristobal Meléndez, investigador del centro de investigación Mejoramiento de la Calidad Democrática Internacional (Mecademi).
Estos recursos se han activado previamente ante emergencias presupuestales, como en la crisis de la Gran Recesión (2008-2009) y a finales del año pasado ante la caída de los ingresos petroleros y tributarios.
Al cierre del primer semestre del año en curso, ya se liberaron 119,100 millones de pesos del FEIP, es decir el 67.3% de su saldo total, y 21,091 mdp del FEIEF, correspondiente al 33.1% de los ingresos totales en este Fondo al cierre de junio, refieren cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
A diferencia de crisis pasadas, el país no había registrado una caída tan fuerte en su economía, lo que augura que se sigan usando estos recursos sin que nada pueda compensarlos en el futuro cercano.
Apenas a la mitad de 2020, la administración pública federal reportó un faltante por 168,966 mdp respecto a lo programado, mientras los recursos que se transfieren a los gobiernos estatales y municipales a través de Participaciones reportaron un faltante por 39,840 mdp, refieren datos de SHCP.
Citibanamex prevé que los recursos del FEIP se agoten para fines de 2020, y que el faltante de ingresos será mayor en 200,000 mdp para este año.
“La brecha se cubriría con lo que queda del FEIP y otros fondos y fideicomisos. Aun así, el déficit primario sería de 1.3% del PIB en lugar del déficit estimado por la SHCP de 0.4%. Seguimos pensando que el gobierno reconsiderará y proporcionará apoyo fiscal adicional para combatir la pandemia por 1.5% del PIB, y por lo tanto el déficit primario sería de 2.8% del PIB. Esto llevaría a la deuda del sector público a un nivel de -7.7% del PIB y la razón de deuda neta y deuda bruta a PIB a niveles de 58.8% y 65.6%, respectivamente”, señaló el grupo financiero en un reporte.
Bank of America advierte que “el gobierno está gastando rápidamente pagos únicos, como ahorros en el fondo del ‘día lluvioso’ (FEIP) y en fideicomisos públicos”, además de la presión adicional que está generando a empresas en un entorno difícil por el cobro de impuestos de años anteriores, tras el objetivo de obtener ingresos.
La falta de ingresos, y el uso de recursos no recurrentes quita espacio al presupuesto, presiona las finanzas públicas e incrementa la posibilidad de solicitar deuda, consideró Mariana Campos, coordinadora del Programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas de México Evalúa.
La semana pasada en conferencia de prensa, el subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, no descartó la posibilidad de solicitar deuda ante un rebote de coronavirus: “Es mejor guardar la carta de la deuda en caso de que existan segundos rebrotes y en caso de un segundo cierre de la economía, no solo en México, sino en las economías en las que estamos significativamente integrados en términos comerciales”, dijo.
En el caso del FEIF, que compensa la caída de los ingresos por participaciones a los estados y municipios, los recursos no se agotarían, pero el reparto de estos ingresos disminuirá en el presupuesto de 2021, lo que llevaría a las entidades y municipios a explorar diferentes acciones: incrementar la recaudación de ingresos propios; reforzar acciones de austeridad presupuestaria o solicitar deuda, explicó Meléndez.
“Lo más probable es que se endeuden. La capacidad ciudadana no da para más impuestos; los recortes a los presupuestos se pueden aplicar, pero administrativamente y financieramente no es sencillo, creo que la salida más fácil para los estados será pedir deuda”, comentó Kristobal Meléndez.
El investigador de Mecademi agregó que los estados menos endeudados serán los que tengan mayores posibilidades para solicitar deuda, y que puede ayudar a resolver situaciones de corto plazo, pero también debe considerarse para invertir en proyectos públicos productivos u ofrecer financiamientos para reactivar la economía.
Fuente: https://expansion.mx/