Hoy, ya se ve muy lejano aquel 4 junio, día en el que el Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud y Rockstar, Dr. Hugo López-Gatell, planteó una serie de escenarios de contagio para este nuevo coronavirus en México. Según sus estimaciones, se tenía contemplada una cifra de hasta 60 mil personas fallecidas por esta causa, que tuvo a bien calificar como “catastrófica”.
Hoy, esa posibilidad es una triste realidad que no podemos dejar de ver, no como lo está haciendo el gobierno cuatrotero federal.
Valdría la pena reflexionar en qué momento el presidente perdió el rumbo, el piso respecto al manejo de la pandemia. ¿En qué momento priorizó el tema como un asunto político antes que como la crisis sanitaria y humanitaria que es? El gobierno diariamente insiste en negar su responsabilidad en cuanto al número de casos activos y de fallecidos, llevando el incremento diario de esos números a una especie de escenario de ataque político de sus “opositores”.
Conforme avanza el virus en nuestro país y sus consecuencias se vuelven cada vez peores, esta responsabilidad que la #4T que no está asumiendo adquiere mayores consecuencias sociales, políticas y económicas.
Quienes están en posibilidad de tomar decisiones, si acaso hubiera más de una persona, deberían darse cuenta que, por ejemplo, la aplicación de pruebas, el censo puntual y responsable del número de fallecidos en el país no significa ir en contra de la administración, si no que es una herramienta de rendición de cuentas que cualquier democracia responsable debe ejercer.
Sin embargo, todos los casos confirmados y todos los fallecidos se ven eclipsados a diario por la evidente insensibilidad del presidente y su equipo.
El problema se agrava con los mensajes contradictorios de las autoridades respecto al manejo de la pandemia. Desde los primeros casos reportados en febrero y marzo en México ha existido un “doble mensaje” en el que, por una parte, tenemos a un presidente que confiado en su popularidad dentro de sus bases, ha intentado a toda costa minimizar los estragos de una pandemia que ha puesto de rodillas al mundo, y por la otra, un “experto”, que en un principio parecía ser la contraparte científica y racional en la ecuación, pero a quien la presión política y económica terminaron por viciar.
El subsecretario López-Gatell se ha transformado de ser un experto reconocido e incluso admirado, en una pieza más del rompecabezas incompleto que representa la administración actual. El objetivo inicial de no colapsar el sistema nacional de salud con pacientes hospitalizados por COVID-19, mediante una jornada de sana distancia ya resulta insuficiente y la realidad de ese México, aquel en el que casi 60% de la población trabaja en la informalidad, sin un servicio de seguridad social ni de desempleo, lo alcanzó, demostrándole que la realidad nacional va más allá de ejercicios matemáticos y proyecciones estadísticas.
Tengamos en cuenta que en las últimas 24 horas, la OMS ha contabilizado una suma de 294.237 contagios en todo el mundo, con los que el total de casos ha aumentado a 21.026.758.
La OMS ha informado también de que más de 755.000 personas han muerto en todo el mundo a causa de la pandemia, 9.985 de ellas en el último día.
Estados Unidos, que sigue siendo el país más afectado, ha registrado 5,3 millones de positivos, mientras que también encabeza la lista de fallecidos al concentrar 169.483 muertos. La pandemia ha entrado de lleno en su debate político en cara a las elecciones presidenciales de noviembre, especialmente respecto a la cuestión del voto por correo.
En América Latina, entre uno de los principales epicentros de la pandemia en la actualidad, destaca México –517.714 infectados y 56.453 víctimas mortales–.
Brasil superó este sábado las 107 mil muertes por coronavirus, al sumar 709 decesos y 41 mil 576 nuevos contagios en las últimas 24 horas. Con esto, el total de fallecimientos se elevó a 107 mil 232 personas y 3 millones 317 mil 096 casos confirmados.
Este domingo, la Secretaría de Salud dio la actualización de las cifras sobre la epidemia y hasta este 16 de agosto hay 522,162 casos confirmados del nuevo coronavirus y 56,757 defunciones.
Sin embargo y a pesar de esta catastrófica realidad, hemos de estar convencidos no sólo de que saldremos adelante de tan difícil situación, sino que habremos de hacerlo fortalecidos, con una conciencia colectiva más humilde y empática.
Hoy, además de todo, es imposible bajar la guardia.
Aletia Molina
@AletiaMolina