La pandemia de coronavirus, que obligó a millones de personas a trabajar, estudiar y consumir desde sus hogares, plasmó las desigualdades de los latinoamericanos para acceder a internet y tecnologías digitales, con sólo un tercio de los hogares pobres de la región conectados, dijo el miércoles la Cepal.
En un reporte para analizar el acceso a estos avances en medio del brote infeccioso, el organismo de Naciones Unidas planteó que al año 2019 un 66.7% de los habitantes de la región tenía conexión a internet mientras que el resto no tiene o es muy limitada debido a su situación económica y social.
En 12 países de la región, en promedio un 81% de los hogares más ricos está conectado y esa cifra cae a 38% en los hogares más pobres, dijo la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Respecto a su ubicación, el 67% de los hogares urbanos está conectado mientras que en las zonas rurales solo lo está el 23%. Y sobre la edad, el 42% de los menores de 25 años y el 54% de los mayores de 66 años no tienen conexión a internet, lo que grafica las dificultades en el ámbito de la educación, por ejemplo.
«La diferencia entre los estratos económicos más altos y más bajos condiciona el derecho a la educación y profundiza las desigualdades socioeconómicas», dijo la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, quien llamó a aumentar no sólo la conectividad e infraestructura digital sino también las habilidades digitales de los profesores.
El 46% de los niños de entre 5 y 12 años de la región vive en hogares que no están conectados a internet, señala el reporte, lo que implica que en los países en que se cuenta con información hay 31 millones de niños y niñas excluidos del sistema educativo durante la pandemia.
Esta situación es más aguda aún en países como Bolivia, El Salvador, Paraguay y Perú.
La oficina regional también resalta que, a diferencia de Europa y Estados Unidos donde casi el 40% de los trabajadores puede hacerlo desde su hogar, en América Latina estima que solo en torno al 21.3% de las personas ocupadas podría teletrabajar.
Fuente: El Economista