La recuperación del empleo en México por el impacto de la pandemia de Covid-19 será lenta y recién se verá un balance positivo en la creación de plazas laborales en el segundo semestre del próximo año, estima la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
De acuerdo con el organismo, recién en el segundo trimestre del 2021 nuestro país dejaría de caer en los niveles de generación de trabajos, para iniciar su recuperación. “Se prevé que el desempleo alcanzará un nivel récord a finales de 2020 y sólo empezará a disminuir en 2021”
De acuerdo con las Perspectivas del empleo de la OCDE 2020, se prevén dos posibles escenarios para el mercado laboral, con y sin un rebrote de contagios de coronavirus. En ambos panoramas, se prevé que la generación de empleo disminuya ligeramente a finales del 2020 y en el segundo semestre del 2021 vuelva a los niveles anteriores a la crisis.
Sin embargo, el desempleo sí tendría cambios drásticos en uno u otro escenario. En un panorama con un sólo brote, como hasta ahora, México cerraría este año con una tasa de desempleo de 7.2% —actualmente es de 4.2%— y sería hasta finales del 2021 que tendría un descenso a 5.9 por ciento. Pero en un escenario más dramático, con un rebrote de Covid-19, el desempleo alcanzaría un pico de 7.9% al cierre de este año.
“Aunque todavía es pequeño en comparación con otros países de la OCDE, el aumento previsto de la tasa de desempleo es significativo y está por encima de los niveles de la crisis financiera mundial de 2009”, advirtió la OCDE.
Esta tendencia es similar en los países miembros del organismo internacional. Sin un segundo brote, la generación de empleo en promedio en la OCDE disminuiría 4.1% en el 2020 y crecería 1.6% en el 2021; aunque habrá recuperación, permanecerá el déficit. En consecuencia, se prevé que la tasa de desempleo promedio alcance un nivel máximo histórico de 9.4% a finales de este año y que descienda a 7.7% en el 2021. “En el caso de un segundo brote, la crisis sería peor y más prolongada”.
El pronóstico no es nada alentador. El desempleo en toda la OCDE podría superar al pico más alto de la Gran Depresión. En este panorama gris, los trabajadores con ingresos bajos son los que tienen dos veces más probabilidades de dejar de laborar por completo, con comparación con los de mayor ingreso.
Toda la pandemia ha golpeado más fuerte a los que menos tienen. Durante el confinamiento, los trabajadores mejor pagados tenían en promedio 50% más probabilidades de trabajar desde casa que aquellos con sueldos menores, expuso el organismo internacional.
En general, los países han adoptado medidas para incrementar el apoyo a los ingresos y, a su vez, se observa una tendencia por introducir o ampliar los planes de retención del empleo. El organismo internacional reconoce que México “ha introducido medidas de apoyo a los ingresos, entre ellas el pago anticipado de pensiones para los ancianos y los discapacitados y el apoyo financiero a los trabajadores por cuenta propia, los trabajadores rurales, las empresas familiares y los grupos vulnerables (mujeres, poblaciones indígenas)”.
Asimismo, destaca que algunos estados han adoptado medidas fiscales como el aplazamiento del pago de impuestos, descuentos en los impuestos sobre la nómina y sobre la propiedad, reducción de impuestos especiales como la tenencia vehícular y aplazamientos de la inspección fiscal.
“A partir de la rápida y decisiva respuesta inicial a la crisis del Covid-19, ahora los países deberán hacer todo lo posible por evitar que esta crisis del empleo se transforme en una crisis social a gran escala. Es preciso que las políticas macroeconómicas sigan siendo solidarias a lo largo de la crisis para minimizar el riesgo de afrontar una recesión prolongada y una generación perdida de jóvenes cuyas perspectivas laborales resulten lesionadas de manera duradera. Mientras tanto, la reconstrucción de un mercado laboral mejor y más resiliente implica una inversión esencial en el futuro de las nuevas generaciones”, expresó Ángel Gurria, secretario general de la OCDE.
Fuente: El Economista