Entre en junio y diciembre de 2019, la excolonia británica fue escenario de un movimiento de protesta sin precedentes contra el poder chino, con acciones casi a diario, manifestaciones masivas y enfrentamientos violentos entre radicales y policías.
Las protestas nacieron del rechazo a un proyecto de ley que iba a autorizar las extradiciones a China continental, luego abandonado.
Pero luego las manifestaciones se transformaron en un movimiento prodemocracia que pedía más libertad.
El movimiento se vio reforzado con una corriente favorable a la autodeterminación e incluso a la independencia de Hong Kong y en noviembre los candidatos prodemocracia ganaron en las elecciones locales.
Pero China, que considera las protestas como un complot extranjero para desestabilizar el poder central, fue inflexible y no cedió a las demandas de elecciones libres o de investigación sobre la violencia policial.
En enero Hong Kong fue, después de China, uno de los primeros territorios afectados por la epidemia de coronavirus.
Pese a su cercanía con China continental, la excolonia británica solo registró unos 1.200 casos y siete fallecimientos por Covid-19.
Para controlar la epidemia, el ejecutivo tomó medidas drásticas y prohibió entre otros las reuniones públicas de más de cuatro personas (más de 50 a partir de junio).
Esto tuvo como consecuencia el fin de las manifestaciones prodemocracia, afectadas también por el cansancio y las detenciones masivas de activistas.
La tensión volvió a aumentar con el arresto el 18 de abril de 15 personalidades del movimiento prodemocracia, todas moderadas, por su implicación en las manifestaciones de 2019.
La crisis también se reanudó por la amenaza de persecución de los diputados prodemocracia acusados de obstrucción parlamentaria, a través de un comunicado de la Oficina de Enlace, el brazo del gobierno central chino en Hong Kong.
El 8 de mayo hubo enfrentamientos entre diputados prodemocracia y pro-Pekín dentro del Consejo Legislativo («LegCo», el parlamento hongkonés) sobre un proyecto de ley que reprime el ultraje al himno nacional chino.
El 18 de ese mes el proyecto provocó una nueva jornada caótica en el parlamento mientras varios líderes de la oposición fueron inculpados por su papel en las manifestaciones de 2019.
La ley sobre el himno fue finalmente adoptada el 4 de junio.
El 22 de mayo el régimen comunista registró en el parlamento chino un texto para castigar las actividades separatistas y «terroristas», la subversión y la injerencia extranjera en Hong Kong, entre otros
El artículo 23 de la llamada Ley Fundamental, que sirve de miniconstitución para el territorio semiautónomo, prevé que la región apruebe una ley sobre seguridad.
Pero esta cláusula nunca se aplicó porqué gran parte de los hongkoneses la ven como una amenaza a sus libertades.
Tras un llamamiento del movimiento prodemocracia, miles de personas salen el 24 de mayo a las calles de Hong Kong pese a la prohibición de manifestarse y desatan una firme respuesta de la policía antidisturbios.
Estados Unidos decide abrir la vía a las represalias y el 27 de mayo revoca el estatuto comercial preferencial acordado a la excolonia a causa de su autonomía.
Washington decide además restringir los visados para los responsables chinos acusados de «poner en duda» la autonomía del territorio y pone fin a las ventas de material de defensa sensible a Hong Kong para evitar que «caiga en manos» del ejército chino.
Por su parte la Unión Europea expresa su «grave preocupación» y el G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido) pide a Pekín que abandone su proyecto.
Este martes el parlamento nacional chino votó la polémica ley por unanimidad.
Aunque de momento no se publicó el contenido de la ley, el texto prevé entre otros reprimir el «separatismo», el «terrorismo», la «subversión» y la «connivencia con las fuerzas exteriores y extranjeras».
Fuente: Excélsior