“¿De qué sirve una vacuna si la gente no tiene acceso a ella?”. Esta pregunta fue hecha por Carissa Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Y es que si bien hay avances en torno al desarrollo de una vacuna contra el coronavirus, esta es sólo una parte del camino para encontrar una salida a esta pandemia.

La otra parte del camino es asegurar que la vacuna llegue a todos y a todas, hasta a los países de América Latina y el Caribe —ante el posible apañón de las farmacéuticas y el paso que Estados Unidos dio al comprar casi tooooodo el Remdesivir que hay en el mundo. Ya saben, este medicamento es una de las promesas para atacar el COVID-19.

El objetivo de la OPS es que los países más vulnerables de América Latina y el Caribe puedan acceder a una vacuna contra el coronavirus a un precio subsidiado y accesible.

Por lo pronto, la OPS está negociando con el Fondo de Acceso Global para Vacunas COVID-18 (Covax) para que haya las mejores condiciones en la adquisición de estas vacunas.

Ojo, en Estados Unidos hay avances considerables en el hallazgo de una vacuna, pues los colaboradores de los National Institutes of Health and Moderna Inc. comenzarán una última etapa de pruebas el 27 de julio.

Esto se decidió después de que las pruebas realizadas aceleraran el sistema inmunológico de las personas, como preveían los científicos.

Ahora, la Organización va por la garantía en el acceso de estas vacunas —para que sean distribuidas de manera rápida y eficiente, porque no es por nada pero América Latina ha sido una de las regiones más afectadas por el coronavirus.

En estos días, la situación ha sido preocupante para Latinoamérica:

“El número de personas que mueren por COVID-19 también está aumentando, particularmente en Brasil, México y Estados Unidos, que reportan el 77% de todas las muertes en la última semana y están experimentando algunos de los brotes más mortíferos del mundo”, explicó Carissa Etienne.

Fuente: sopitas.com