En la Ciudad de México, Inmobiliarios prevén que se registrará una oleada de desalojos y de abandono de propiedades, ante las dificultades que enfrentarán inquilinos para pagar su renta o hipoteca, derivado de la crisis sanitaria por COVID-19.
Ricardo Vaca, director de Operaciones de Homie, aseguró que en la capital alrededor de 50 por ciento de los arrendamientos habitacionales carecen de contrato, lo que deja en desventaja a los inquilinos frente a la crisis económica.
“Se avecina una ola de desalojos ilegales y la mitad de la población que no tiene un contrato de arrendamiento legal o firmado, está en esta posición vulnerable”, advirtió.
Explicó que por ello urge plantear apoyos adicionales como subsidios o promover la renta de viviendas vacacionales como las de Airbnb por la emergencia.
“En Portugal el gobierno rentó muchos inmuebles que tenía Airbnb a muy bajo costo, garantizando al menos 5 años de renta”, informó.
La pandemia retrasó la compra de nuevas casas en México, lo que ha empujado un 35 por ciento la demanda de inmuebles en renta durante el último semestre, según Lamudi.
Para los expertos, los anfitriones de Airbnb se pueden convertir en parte de la solución. Un ejemplo, es el caso de Alejandro Robles, que ofrecía en Airbnb un departamento en Puerta Alameda, en el Centro Histórico de la CDMX, y que recientemente optó por salirse de la plataforma y rentar por fuera su inmueble, aunque sus ingresos caerán a la mitad.
“En Airbnb recibía hasta 30 mil pesos mensuales, ahora lo pienso rentar en 15 mil pesos mensuales, es la mitad, pero no hay turistas que reserven en la plataforma”, alegó.
Para los llamados anfitriones no es un secreto que la plataforma de hospedaje de origen californiano no vive su mejor momento. La suspensión de más de tres meses de las actividades turísticas y la caída en la demanda de viajes, prácticamente apagó el negocio de Airbnb en el país, cuyas rentas comenzaron a desacelerarse, luego de que en abril y mayo la app suspendió temporalmente los servicios de alojamiento.
En la CDMX, la plataforma de alojamiento enfrenta serios problemas, con una ocupación promedio de 62 por ciento de sus propiedades registradas –siendo junio el mes más bajo con una ocupación de 27 por ciento– y alrededor de 17 mil 720 rentas activas al segundo trimestre del año, luego de que se dieran de baja 3 mil 400 alojamientos en la capital, según datos de AirDNA.
“Las empresas de alojamiento se quedaron vacías por la emergencia, se podrían buscar algunas alternativas realmente efectivas y aplicables en muy corto plazo”, dijo el director de Operaciones de Homie.
Salvador Sacal Cababie, presidente de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI) CDMX alertó que las modificaciones que se han planteadas en el Congreso capitalino para regular el mercado de rentas, podrían ahuyentar la inversión hacia la periferia, lo que representaría la pérdida de hasta 1.5 por ciento del PIB emanados de arrendamientos para la CDMX.
“¿Quién gana con estas modificaciones? Nadie, salvo el Estado de México, todos los municipios conurbados, porque la inversión inmobiliaria en arrendamiento se va a ir hacia allá”, dijo.
Ricardo Amack, Country Manager de Greystar México aseveró que en la ciudad hay mucha demanda, pero poca oferta con apenas 2 mil unidades de vivienda en renta institucional, mientras que en ciudades como Houston es de casi 500 mil.
“Yo diría que los dos retos más grandes que tenemos es el proceso de permisos y licencias que trae, por ejemplo, la Ciudad de México (…) los últimos 18 meses ha sido bastante difícil avanzar y tener certidumbre y la segunda es la falta de crédito puente para la parte constructiva de nuestros proyectos”, afirmó.
Rodrigo Suárez, COO de Hasta Capital y miembro de la Asociación de Vivienda en Renta (AVER) coincidió en que el mercado de rentas en CDMX es pequeño frente a ciudades como Bogotá, Dallas o Houston.
“La vivienda en renta es por su naturaleza asequible, sustentable y además tiene muy poco impacto urbano”, dijo.
Fuente: El Financiero