El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, cumplió 74 años este domingo, con su popularidad muy dañada por la gestión del coronavirus y el nuevo estallido de protestas raciales, y entre rumores de un deterioro de su salud, tras la difusión de un video en el que se lo ve bajar una escalera de manera inestable.
El mandatario pronunció este sábado el discurso de entrega de diplomas a los cadetes de la prestigiosa academia militar de West Point, cerca de Nueva York, cuando tuvo dificultades para bajar por una rampa.
El video despertó críticas y burlas en redes sociales, pero en la noche del sábado Trump ironizó sobre el incidente en Twitter.
«La rampa de acceso era muy larga y estrecha, no tenía baranda y sobre todo estaba muy resbaladiza», dijo, y señaló que debió ser doblemente prudente para no caerse y dar ocasión a los medios de burlarse de él.
Dijo además que los tres últimos metros de la rampa los recorrió «corriendo».
Medios estadunidenses señalaron que debió también valerse de sus dos manos, en medio de su discurso, para tomar agua de un vaso, y que le costó pronunciar correctamente el nombre del general Douglas McArthur, héroe de la Segunda Guerra Mundial.
En campaña para su reelección, el magnate republicano de 74 años enfrentará en las elecciones de noviembre al demócrata Joe Biden, de 77 años.
En su discurso, el presidente estadunidense aludió a los recientes disturbios raciales para agradecer a “los hombres y las mujeres de la Guardia Nacional” que fueron desplegados para “mantener la paz, la seguridad del Estado y el derecho constitucional en (las) calles”.
Esta fuerza de reserva fue también la que protegió el entorno de la Casa Blanca, en Washington.
Tras manifestaciones violentas y escenas de saqueos en numerosas ciudades, el presidente había suscitado airadas reacciones cuando mencionó la posibilidad de enviar al Ejército a restaurar “la ley y el orden”, lo que causó malestar en la cúpula del Pentágono.
El secretario de Defensa, Mark Esper, graduado de West Point, mostró su desacuerdo con esta idea la semana pasada. “La opción de recurrir a soldados activos debería ser empleada solo como último recurso y en las situaciones más urgentes y dramáticas”, dijo.
El jueves fue el jefe del Estado Mayor, el general Mark Milley, quien lamentó haberse exhibido en uniforme junto al presidente después de una brutal dispersión de manifestantes cerca de la Casa Blanca. “No debería haber estado allí”, comentó. “Daba la impresión que el ejército estaba interfiriendo en la política interna”.
Los dos responsables del Pentágono dijeron además estar a favor de renombrar a las bases militares estadunidenses que honran la memoria de generales confederados, proesclavistas, durante la Guerra de Secesión, una idea a la que Donald Trump se opuso categóricamente.
Fuente: Excèlsior