La letalidad del virus. Hace tres meses la idea dominante era que esas cifras se revisarían a la baja, pero si lo han hecho ha sido ligeramente al alza.
- Estimando la letalidad
¿Qué porcentaje de infectados acaban por fallecer? Averiguar esa proporción es clave porque nos dice el coste en vidas que tiene cada infección. Pero estimarlo es complicado porque exige conocer cuánta gente se ha contagiado.
Un muerto por cada 100 infectados. Las estimaciones más recientes elevan la letalidad del virus al entorno del 1%. Esa sería la tasa de muertes por infectados (que llamamos IFR por sus siglas en inglés). La cifra se ha ido afinando con el estudio de serología.
España. Gracias al extenso estudio de seroprevalencia (I, II) tenemos una estimación razonable: la letalidad rondaría el 1,1%, si se ha contagiado el 5,2% de la población y hay 27.200 muertes confirmadas. Esa cifra podría elevarse hasta el 1,9% si consideramos completo —que será demasiado— el exceso de 48.000 muertes que observa el INE.
Inglaterra. Un buen estudio de anticuerpos dice que allí se ha infectado el 6,8% de la gente (II), lo que supone una letalidad del 0,8% contando solo muertes confirmadas (unas 29.600) y del 1,4% si consideramos todo el exceso registrado.
Nueva York. Hace unas semanas se estimó que un 21% de su población se había contagiado (III). La letalidad sería del 0,9% según las muertes confirmadas, y del 1,2% contando las sospechosas.
Dinamarca. Un estudio de abril indica que se infectó el 1,7% de la población (IV). La letalidad seria del 0,5% tomando las 460 muertes confirmadas. Pero la cifra de infectados es menos fiable en este caso porque se calculó con una muestra de donantes de sangre, que seguramente está sesgada al alza. Otros estudios habían arrojado cifras también bajas en Alemania (0,4%, V) y Suiza (0,5%, VI), quizás porque los contagios se concentraron en gente joven.
Además hay estimaciones que no se basan en test de anticuerpos y son similares. Por ejemplo, los científicos usaron el crucero Diamond Princess como muestra: allí se testó a todo el mundo y letalidad rondó el 0,7% (VII). También usamos como referencia las cifras de Islandia, que testó masivamente y registra una letalidad del 0,5% (VIII), o las estimaciones de Imperial College para China (0,66%, IX) y del Instituto Pasteur para Francia (0,53%, X).
¿Esta variabilidad es una sorpresa? En realidad no. Por un lado, hay que contar con la incertidumbre de todos los cálculos: los test de anticuerpos no son perfectos y los registros de fallecidos tampoco. Otro factor evidente son las diferencias de edad. El virus es mucho más peligroso para la gente mayor y eso aumentará la letalidad de los países envejecidos. Pero además influirán otros factores, como la calidad de los sistemas de salud, su saturación y hasta el azar.
Una cosa que me llama la atención es que las estimaciones que hacían los expertos en febrero apenas han tenido que revisarse. El 3 de marzo contamos que el coronavirus era mucho peor que la gripe: “la tasa de letalidad rondaría el 1%”, decía entonces el epidemiólogo Christopher Fraser.
Ese 1% es una cifra alta. Significaría que la covid-19 es 10, 20 o 50 veces más letal que la gripe. Como explica Marc Lipsitch, de Harvard: “Una comparativa con la gripe estacional sería comparar con un 0,02%”. Lo mismo dice Adam Kucharski, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical: “Algunos interpretan que [esa cifra] significa que la covid podría ser similar a la gripe, pero cometen un error crucial”. El error es que se olvidan de contar todas las infecciones leves de gripe que no se registran. Según Kucharski, el 30% pasamos la gripe cada año y por tanto su letalidad ronda el 0,035% en EE UU y el 0,04% en España (XI).
- El exceso de muertes en 20 países
Los registros civiles contabilizan todos los fallecimientos y eso permite medir el exceso observado durante la crisis del coronavirus. El sábado mostré con Borja Andrino y Daniele Grasso los datos de 20 países y encontramos que España es el país que registra de momento el segundo mayor exceso: unas 47.000 muertes adicionales desde marzo, que suponen un 45% más de lo normal.
Es un cálculo sencillo: sale de comparar las muertes este año con la media de años anteriores, semana a semana. Pero es seguramente la mejor forma de medir cuánta gente ha muerto en esta crisis.
Aquí podéis ver el exceso que se registra en diferentes países. Perú tiene la peor cifra relativa, con la agravante de que su brote sigue activo. Después vienen España, Reino Unido, Bélgica e Italia. En el artículo también podéis ver la evolución país por país.
¿Cautelas? Son datos provisionales, como no podría ser de otra manera: algunos registros van con retraso (por colapso) y hay países con brotes activos. También hay que tener en cuenta que no todo el exceso serán muertes por coronavirus. No obstante, creo que lo será la mayor parte y que todo el exceso es atribuible al menos a la crisis del coronavirus.
Nuestros datos salen del INE y de la recopilación de The Financial Times. La metodología tampoco es original: la medida de exceso (en valor absoluto y porcentaje) la utilizan el INE, el CNE, el CDC estadounidense o la ONS británica, para ofrecer datos por provincias, comunidades, Estados y regiones. Las han publicado medios internacionales como The Economist, New York Times o Financial Times. Lo subrayo para dejar claro que no son datos especialmente controvertidos.
- Radiografía de tres brotes
Una oficina, un restaurante y un autobús. Javier Salas y Mariano Zafra nos explican visualmente tres contagios múltiples, que conocemos porque han sido estudiados minuciosamente por las autoridades sanitarias.
El call center. En una sola estancia de una oficina se combinaron cuatro factores decisivos: contactos múltiples, cercanos y prolongados en un espacio cerrado. Los trabajadores interactuaban con gente de otros pisos —en los ascensores y el vestíbulo—, pero los contagios se produjeron en esa sala: “lo que indica que la duración de la interacción probablemente fue el principal facilitador”.
Lo mejor del artículo es que se detallan las medidas útiles para reducir los riesgos. En el caso del call center, por ejemplo, convendría separar a los trabajadores en zigzag o ventilar para que las partículas infecciosas no recirculen una y otra vez.
- El mapa de situación y rebrotes
Esta semana actualizamos y mejoramos nuestro mapa con la información del virus en cada provincia. Reportamos datos del ritmo de contagios (el famoso R), de la incidencia de casos (por millón de habitantes), de la fase de desescalada y del nivel de movimientos (a partir de móviles).
Además ahora hemos incluido gráficos con la evolución en el tiempo de muchas variables. Así es más fácil ver si una situación roja, por ejemplo, es un pico puntual o una tendencia preocupante. Lo actualizamos periódicamente.
- Los problemas de los datos
El domingo pasado os hablé de los problemas con la información que ofrece el ministerio sobre la epidemia. El asunto ha traído cola durante la semana y hasta el Financial Times le dedicó un artículo a los “fallidos datos”. Uno de sus periodistas explicaba los problemas con el falso total de fallecidos y el “sinsentido” de los cero fallecidos, que ya comenté pero siguen ahí.
Algunos problemas sí se han subsanado. Como los nuevos indicadores tienen dos semanas, ya podemos ir analizando su evolución, y además se publicaron algunas cifras de detección y rastreo. Espero que esta semana se solucionen algunas otras cuestiones.
Fuente: El País