Francia saldrá el próximo 10 de julio del estado de emergencia sanitaria, instaurado en marzo para hacer frente a la pandemia, e iniciará entonces un período de transición de cuatro meses durante los que podrá imponer restricciones de movimiento y de apertura de ciertos negocios si es necesario.
«Las condiciones sanitarias son extremadamente diferentes a las que conocíamos en marzo o incluso en mayo y conducen al Gobierno a permitir el fin del estado de emergencia sanitaria», explicó la portavoz del Ejecutivo, Sibeth Ndiaye, tras la reunión del Consejo de Ministros. Así, el Gobierno no pedirá al Parlamento votar una segunda prolongación por la evolución favorable del virus en el país, que considera «controlado, aunque no vencido», pero instaurará ese período transitorio en el que el primer ministro, Édouard Philippe, conservará ciertas potestades de restricción.
Ndiaye señaló que estos poderes le permitirían regular los desplazamientos, el acceso a los medios de transporte (en los que seguirá siendo obligatorio el uso de mascarillas), las reuniones públicas o decidir sobre la apertura de establecimientos como discotecas, en los que el virus puede transmitirse con facilidad.
«Las disposiciones del período transitorio son distintas a las del estado de emergencia sanitaria, pero subrayo que si tenemos que decidir de manera general o localizada, cosa que no deseamos, un nuevo confinamiento, el Gobierno tendría que decretar un nuevo estado de emergencia y pasar por el Parlamento», explicó.
La portavoz del Ejecutivo consideró la medida una «buena noticia», que no significa que Francia haya «ganado la batalla contra el coronavirus», pero sí que ha marcado puntos frente a la epidemia, que ha provocado en el país unas 29.300 muertes y más de 154.000 contagios.
Fuente: Enfoque Noticias