Hagamos algo, cerremos los ojos e imaginemos esta escena: primero de septiembre de 2021 el presidente lee su Tercer Informe y escucha respetuoso, como sólo él, las duras críticas de la oposición en respuesta a su Informe; en una de las intervenciones, un panista le recuerda que Morena no tiene ya mayoría y que la negociación del Presupuesto con el Frente Opositor va a ser muy dura…
De vuelta a la realidad, lo siento, esta escena que pudimos imaginar, no va a ocurrir.
O sí, depende de nuestras acciones o nuestra pasividad.
El presidente López Obrador intenta apoderarse por todos los medios del INE para tener el control de las elecciones de 2021, anulará las elecciones, o las suspenderá antes de que ocurran, o su partido se las robará, o lo que sea, pero la escena de López Obrador negociando, cediendo y tolerando a la oposición es algo que simplemente no veremos.
Esa es una escena normal en un país democrático. Pero para que funcione una democracia se necesitan demócratas. López Obrador, no lo es ni de lejos y sólo reconoce el resultado de una elección cuando gana. ¿Demócrata?, perdón pero: ja ja ja
El 22 de mayo publicaron en el Diario Oficial, el aviso de una Consulta Pública sobre la propuesta de introducir una Norma Mexicana en los procesos electorales. De inmediato Lorenzo Córdova reaccionó sorprendido con una carta en la que rechazaba, por anticonstitucional, la injerencia de la Secretaría de Economía en la evaluación de todo tipo de elecciones.
La secretaria Graciela Márquez alegó que el Instituto Mexicano de Normalización, dependiente de su secretaría, se manda solo porque en solitario decidió lanzar la propuesta de una certificación de NOM a las elecciones, y solo, autónomo, decidió publicar esa propuesta.
OJO, es si no la primera llamada de alerta en relación al INE, la más significativa. Un intento del Ejecutivo, de penetrar al INE a través de estúpidos resquicios legales.
No es la primera llamada porque hubo otras. Este año concluyó el periodo de cuatro consejeros del INE y está en proceso la elección de los cuatro nuevos. Se integró un Consejo para examinar las candidaturas, y uno de los integrantes del Consejo es el doctor de las casas baratas que son caras, John Ackerman. Su inclusión en el consejo examinador muestra el nivel de involucramiento del gobierno en la elección de los nuevos consejeros.
Como sin duda lo muestra también la reiterada crítica del presidente al presupuesto del INE. Esta semana aseguró, sin pruebas, con sus famosos “otros datos”, que el “INE es el instituto electoral más caro del mundo”.
Por todos los medios que se le pegue la gana, intentará deslegitimar al INE, al diablo con las instituciones, ¿Recuerdan?
Presionarán al INE con el presupuesto, lo intentarán regresar a Gobernación, y no sería imposible que en ese caso, nombraran como director de la Subsecretaría de las Elecciones al prestigiado especialista en elecciones: Manuel Bartlett.
Falta un año para las elecciones. Vamos a votar con la memoria de las decenas de miles de muertos por el Covid; recordaremos al presidente diciéndonos que salgamos y nos abracemos y su imagen con el Detente. Las millones de personas que han quedado sin empleo también van a votar y tendrán en mente quién se negó a apoyar a las empresas que los empleaban. Los empresarios van a votar y recordarán sin duda la frase del presidente refiriéndose a las empresas en problemas: “que quiebren”.
Votarán los familiares de los más de 50 mil muertos fruto del abandono de las tareas de seguridad, de la necia política criminal de brazos cruzados. Votarán las mujeres afectadas por el cierre de las estancias infantiles y los refugios para protegerlas del maltrato familiar. Votarán los científicos y los artistas…
Y por esto mismo, por este voto de castigo, el INE corre grave riesgo.
Un INE autónomo implica la posibilidad de que Morena pierda. Y no van a permitir que eso ocurra. Intentarán por todos los medios (legales y no) impedirlo.
Como nunca antes, desde todos los frentes, defendamos al INE.
Aletia Molina
@AletiaMolina