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#DesdeLaBarrera Derechos humanos… especie en peligro de extinción

Publicado por
Aletia Molina

Más de una semana de indignación en las principales ciudades de Estados Unidos por el brutal asesinato de George Floyd, afroamericano de 46 años, a manos de la policía de Minnesota. Ocho minutos y 46 segundos que conmocionaron a la opinión pública y reabrieron el debate sobre el racismo y la brutalidad policiaca.

Las escenas de las protestas le han dado la vuelta al mundo y contagiaron el incendio a otras naciones; un Donald Trump dando tumbos profiriendo insultos y declaraciones bélicas. Manifestantes que no se detienen ni por el miedo del contagio de covid-19 ni por el despliegue de la Guardia Nacional, una Casa Blanca que apaga sus luces después de 131 años.

Fueron imágenes tan perturbadoras que confrontaron a los estadunidenses con su imaginario colectivo de ser la tierra de la libertad, la democracia, igualdad y prosperidad. Esa fantasía constante en la que no son conscientes de las graves desigualdades sociales al interior de su país.

¿Por qué el asesinato de George Floyd pegó tan profundo en la sociedad civil? El entorno en el que se da este crimen de odio fue el caldo de cultivo perfecto: el país más golpeado por la pandemia del covid-19, la crisis económica más profunda desde la Gran Depresión, una cifra de desempleo sin precedentes y un presidente que no hace otra cosa que seguir abriendo frentes.

La idea de que la policía estadunidense pudiese asesinar con tal saña y tortura a una persona que clamaba por su vida y que sus últimas palabras fueran “I can’t breath” (“no puedo respirar”) son la gota que derramó el vaso en un entorno de miedo, incertidumbre, supremacía blanca, racismo y desigualdad social.

Definitivamente, ése no es el sueño americano y no hay algo que pueda herir más profundo a la nación más poderosa del mundo… y México, no está ajeno a esa realidad.

Con la transformación de cuarta de Andrés Manuel López Obrador, no se ve un cambio que marque una diferencia en su administración respecto de las estrategias de seguridad, defensa y protección de los derechos humanos de sexenios pasados.

Hay una clara discrepancia entre el discurso público del presidente y las acciones que conllevan políticas públicas que buscan atender la crisis de derechos humanos por la que el país atraviesa.

Hay una repetición de hechos que preocupan de sobremanera, porque precisamente este gobierno prometió tener una transformación paradigmática de la forma en que se atienden las políticas económicas y sociales del país, y lo que vemos, es que no hay ninguna transformación sino una repetición de políticas, las mismas que ha criticado desde el principio de su historia.

El cacareado gran cambio que se tiene que dar: es pasar del discurso a la acción. Las palabras son solo palabras, y las legislaciones y decretos son solo promesas de papel; entonces, en la medida de que el gobierno de López Obrador no tenga esa intención y voluntad política de transformar esas políticas en acciones concretas casos como el de Giovanni López van a seguir repitiéndose.

Giovanni López, un hombre de 30 años de edad, fue aprehendido por la policía por no usar cubrebocas en Jalisco y más tarde fue entregado muerto a sus familiares.

La última vez que su familia lo vio con vida fue el cinco de mayo, cuando los elementos de Ixtahuacán llevaban a cabo una redada para detener a todas las personas que transitaban por la calle sin usar tapabocas.

Como él no llevaba este insumo médico, los agentes lo interceptaron, aunque él trató de huir. En ese momento, los uniformados comenzaron a golpearlo, por lo que sus conocidos comenzaron a grabar lo ocurrido con un teléfono celular… Otro atropellamiento a los derechos humanos, que no nos espante sólo el racismo que vemos en nuestro país vecino… ¡Las injusticias están pasando aquí mismo!

El presidente cree que entiende que se tiene que combatir la inseguridad desde diferentes frentes, esa es su narrativa, pero no vemos ese vínculo con la estrategia y política de seguridad. Si no vemos una estrategia de seguridad, vamos a seguir reportando las mismas violaciones de derechos humanos que hace 12 meses.

Estamos frente a un vacío de una política pública.

En este espacio nos unimos a la consciencia colectiva moral donde es son inadmisibles los crímenes de George, pero también el de Giovanni.

Aletia Molina
@AletiaMolina
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Aletia Molina