Corea del Norte hizo volar hoy por los aires la oficina de relaciones con el Sur, en la ciudad fronteriza de Kaesong, informó el Ministerio de Unificación, después de días de críticas y amenazas de parte de Pyongyang.
Corea del Norte hizo estallar la oficina de Kaesong a las 14h49″ locales, dijo en un mensaje a la prensa el ministerio, que se encarga de las relaciones entre las dos Coreas.
Poco antes, la agencia de prensa surcoreana Yonhap informó de la explosión y de una intensa humareda que salía del complejo industrial donde se encuentra esta oficina, abierta hace hace menos de dos años.
El fin de semana pasado Kim Yo Jong, la hermana del líder norcoreano Kim Jong Un, ya profirió amenazas.
Dentro de poco la inútil oficina de relaciones entre el Norte y el Sur quedará completamente destruida», dijo, misteriosamente.
Algunos expertos creen que Pyongyang intenta provocar una crisis con Seúl en un momento en que las negociaciones sobre su programa nuclear están paralizadas.
Desde principios de este mes, Pyongyang multiplica los ataques verbales contra su vecino, sobre todo contra los desertores norcoreanos que desde el Sur envían folletos de propaganda hacia el norte por encima de la zona desmilitarizada (DMZ) entre las dos Coreas.
La semana pasada, el régimen norcoreano anunció el cierre de sus canales de comunicación política y militar con el «enemigo» surcoreano.
Los folletos, lanzados con globos hacia territorio norcoreano o dentro de botellas que lanzan al río que marca la frontera, suelen contener críticas a Kim Jong Un en materia de derechos humanos o por su programa nuclear.
Según Cheong Seong-chang, director del Centro de Estudios Norcoreanos del Instituto Sejong de Seúl, «Corea del Norte está frustrada por el hecho de que el sur no proponga un plan alternativo para relanzar las negociaciones entre Estados Unidos y el Norte, dejándola sola para crear un clima propicio a la reanudación».
Por eso llegó a la conclusión que el Sur fracasó en tanto que mediador en el proceso», afirmó.
Esta oficina fue abierta en septiembre de 2018, antes de una tercera cumbre entre el presidente surcoreano Moon Jae-in y su homólogo norcoreano.
Durante varios meses, los representantes de los dos países estuvieron allí, hasta que Pyongyang decidió retirar a su personal tras el fracaso de la segunda cumbre entre el líder norcoreano y el presidente estadunidense Donald Trump.
En enero, la epidemia de nuevo coronavirus llevó a suspender las actividades.
Desde las protestas del Norte por el envío de folletos, el gobierno de Seúl puso en marcha procesos judiciales contra dos grupos de disidentes norcoreanos acusados de haberlos enviado al otro lado de la frontera.
El lunes el presidente surcoreano Moon Jae-in, artífice del acercamiento de 2018, pidió al norte no dejar «cerrarse la ventana del diálogo».
El martes, en una nueva escalada verbal, los medios norcoreanos afirmaron que el ejército norcoreano está «totalmente preparado» para actuar contra Corea del Sur.
La Guerra de Corea (1950-1953) terminó con un armisticio, no con un acuerdo de paz, lo que significa que los dos vecinos todavía están técnicamente en guerra.
Fuente: Excélsior