La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) realizó un exhorto al académico John Mill Ackerman para que se conduzca con civilidad y respeto a los derechos humanos de las personas que ejercen el periodismo, después de que él escribiera en su cuenta de Twitter que “los sicarios del narco son la contracara del sicariato mediático”, tras el ataque armado que sufrió el secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch.
Cabe mencionar que esta Comisión Nacional de los Derechos Humanos nombró el pasado 26 de febrero al doctor John Mill Ackerman Rose como integrante del Comité Técnico de Evaluación al que se refiere el artículo 41, fracción V, apartado A, inciso a) de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, mismo que será el responsable de calificar la idoneidad de los cuatro nuevos consejeros con los que se renovará el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE), designación efectuada en consideración a su capacidad y trayectoria profesional reconocidas.
No obstante, tras las declaraciones de Ackerman, la CNDH pidió al académico a que se conduzca con civilidad y respeto a los derechos humanos de todas las personas y, en especial, de quienes ejercen el periodismo, porque son expresiones que pueden contribuir a agravar las condiciones en que los periodistas desarrollan su trabajo.
“Sabemos de sobra lo difícil que ha sido en nuestro país el desempeño de libertad de expresión. La violencia contra los comunicadores ha sido ampliamente documentada por la propia Comisión Nacional, y es esta una batalla que tenemos que librar evitando, entre otras cosas, la estigmatización y el descrédito de las y los profesionales de la comunicación”, señaló la CNDH a través de un comunicado.
La CNDH añadió que la violencia, impunidad y falta de condiciones de seguridad en diversas regiones del país, es parte del complejo panorama que los comunicadores enfrentan, pero también lo es la estigmatización y el descrédito, factores que inciden en la materialización de todo tipo de agresiones, desde las amenazas hasta el homicidio contra los periodistas y personas defensoras; recorrido que pasa por el miedo, la incertidumbre, la autocensura, el cierre de medios informativos, el cambio de profesión de periodistas y personas defensoras y el auto destierro o movilidad forzada.
Recordó que hasta el mes de mayo de 2020 suman ya 159 periodistas y trabajadores de los medios comunicación asesinados desde el año 2000.
La CNDH reiteró su preocupación por la ausencia de acciones y estrategias coordinadas para garantizar la vida, seguridad e integridad personal de periodistas, así como por la falta de efectividad, eficiencia y vigencia de los mecanismos públicos del Estado mexicano para su protección, pues dichas agresiones no sólo afectan a los integrantes de este gremio, sino que constituyen un obstáculo e inhiben el pleno ejercicio del derecho a la libertad de expresión de México.
Fuente: El Economista
2 comentarios
Publicar la verdad de todo el entorno, sucesos, actividades delictivas y modos de vida de todo el gran cuerpo de los criminales dedicados en todas las facetas de ahogar la paz, la justicia, y la libertad en la vida de toda la ciudadanía de mexicanos y turistas, resulta sumamente un elevadísimo costo de vidas humanas de periodistas y activistas que han sacrificado su preciosísima vida ¿a cambio de qué? ¿ a caso ha valido la pena? porque no podemos negar que notables figuras políticas de, y en sus momentos de intervención, por conveniencia a sus intereses, han sido desvergonzados traidores de toda la sociedad mexicana, afectando gravemente el respeto al derecho humano, simple y sencillamente por intereses propios y mezquinos. Desgraciadamente hoy por hoy no vemos que estemos cerca de tocar fondo y poder acabar con el grave y letal cáncer del tejido social, por la falta de ética profesional, de valores humanos, de valores morales y lucha por una auténtica vida cívica. Sí la sociedad en su conjunto no exige justicia y esclarecimiento de tantas pérdidas de vidas inocentes, nunca alcanzaremos la libertad que tanto aclamamos, ni mucho menos, auténticos hermanos solidarios de todas las vidas sacrificadas por publicar la realidad y verdad del país. Todos, de cierta forma, nos comportamos como traidores. Conclusión, los mexicanos podremos alcanzar la paz social y el libre ejercicio de los derechos humanos, cuando nos convirtamos en activistas solidarios de la verdad y de la justicia en común.
La frase del «académico» Ackerman, “los sicarios del narco son la contracara del sicariato mediático” que sirvió para que la CNDH, le produjera una llamada de atención fue muy extraña para mí puesto que la Sra. Piedra Ibarra, es incondicional del Sr. López, del que, a su vez, el académico Ackerman es uno de sus principales ideólogos que quiere un estado Social-comunista para México. Calificar a los periodistas como «sicariato», es una falta de respeto a los periodistas que muchas veces ponen su vida en peligro, como es el caso de los más de 150 que han muerto en el ejercicio de su tarea profesional desde el 2000 a la fecha, ninguno de los cuales, que yo sepa, ha recibido justicia y nadie sabe quién fue o fueron los responsables de estos asesinatos. El Académico Ackerman nunca se ha molestado en escribir una línea sobre los periodistas asesinados a causa de sus opiniones. A él solamente le interesa dividir a los mexicanos, como lo hace el Sr. López para llevarnos a la ruina conjunta.
La CNDH debería rectificar el nombramiento que le fue dado al Académico, como integrante del Comité Técnico de Evaluación pues la designación efectuada «en consideración a su capacidad y trayectoria profesional reconocidas» queda en duda al llamarle la atención la propia CNDH al decir: «la CNDH pidió al académico a que se conduzca con civilidad y respeto a los derechos humanos de todas las personas y, en especial, de quienes ejercen el periodismo, porque son expresiones que pueden contribuir a agravar las condiciones en que los periodistas desarrollan su trabajo». La llamada de atención no es suficiente, pues el «Académico» se reirá de ella y seguirá actuando como lo acostumbra y siguiendo los lineamientos del Foro de Sao Paulo, de quien es sumiso. Debería de ser suspendido y retirado de sus funciones dentro de la CNDH.