¡Saquen sus cámaras pero protejan sus ojos! Desde África hasta China, pasando por India, una pequeña parte del mundo tendrá el privilegio de asistir furtivamente el domingo, en pleno solsticio de verano, a un eclipse solar excepcional del tipo «anillo de fuego».

La Luna pasará por delante del Sol, en alineación con la Tierra y lo ocultará parcialmente, pero dejará visible un anillo del astro rey, conocido como ‘anillo de fuego’.

El fenómeno astronómico, que solo se produce una o dos veces al año, empezará poco después de la salida del sol, a las 03H45 GMT, en el centro de África y atravesará sucesivamente el norte de la República Democrática de Congo (RDC), Sudán del Sur, el norte de Etiopía, Yemen, el norte de IndiaChina, el sur de Taiwán y concluirá en el Océano Pacífico, al sur de la isla de Guam, a las 09H32 GMT.

Este anillo solo se podrá ver entre las 04H47 GMT y las 08H32 GMT y durará como mucho 1 minuto y 22 segundos.

Antes y después se podrá observar un eclipse parcial, con un desfase pero sin la formación del círculo de fuego, ya que el centro del Sol y de la Luna no estarán en la misma posición.

Pero lo importante es «observar las previsiones meteorológicas uno o dos días antes y elegir el lugar donde el cielo esté más despejado», aconseja la NASA.

El buen tiempo es la clave de una buena observación. Más vale ver un eclipse corto en un cielo despejado que uno largo con nubes», dice la agencia espacial estadounidense en su página web.

Solo el 2% de la superficie de la Tierra estará afectado por la fase total del eclipse, y es lo que lo convierte en un fenómeno excepcional», explicó Florent Delefie, astrónomo del Observatorio de París – PSL.

Es menos espectacular que un eclipse total, donde el espacio que ocupa la Luna en el cielo corresponde exactamente al espacio que ocupa el Sol y provoca la noche, como fue el de Chile, Argentina y Uruguay en julio de 2019.

LUZ BLANCA

No obstante, un eclipse anular es «precioso de ver y provoca una reducción de la luminosidad que no tiene nada que ver con la salida o la puesta del sol. Tiene una luz fría, como si sustituyera una bombilla eléctrica de 500 vatios por otra de 30 vatios», dice el astronauta francés.

Según él, se pueden hacer bonitas fotos y es interesante ver la reacción de los animales «ya que se dan cuenta de que hay un fenómeno extraño, los pájaros pueden ir a dormir y las vacas volver al establo».

Pero pese a la baja luminosidad, no hay que mirar al Sol sin protección especial para los ojos.

Los lentes de sol no bastan, ya que no filtran la radiación ultravioleta, alerta el especialista.

Es tan peligroso como mirarlo en un día normal. El sol es tan luminoso que aunque solo quede una pequeña parte iluminada, puede dañar los ojos», previene.

Los más curiosos tendrán que dotarse de lentes especiales para eclipses, aunque también sirven las protecciones homologadas que usan los soldadores o utilizar formas de observación de astrónomos aficionados.

En el pasado, los eclipses tenían interés científico ya que permitieron estudiar, por ejemplo, la corona solar o comprobar la teoría de la relatividad, como fue el caso en los años 1920. Pero actualmente, el interés es sobre todo estético.

El próximo eclipse anular está previsto el 14 de diciembre.