Hoy toca festejar el cuadragésimo aniversario de Episodio V: El Imperio Contraataca (The Empire Strikes Back, 1980), quizás la más celebrada de la saga y la preferida de los fans en todo el mundo, casi por unanimidad.
Pero no todo salió bien desde el principio. A George Lucas le tocaba la titánica tarea de repetir el éxito sin precedentes de Star Wars: Episodio IV – Una Nueva Esperanza (A New Hope, 1977) con su esperada secuela, sin embargo el cineasta decidió delegar la dirección en su hombre de confianza Irvin Kershner y el guion a la experimentada Leigh Brackett (Río Bravo, 1959). La muerte de Brackett al año siguiente lo llevó a delinear la historia él mismo y encargarle el guion a Lawrence Kasdan, un debutante en ese momento.
El pionero en efectos especiales Phil Tippett trabajó en la animación de los AT-AT usando la técnica de stop motion.
De esta manera, Lucas pudo dedicarse a sus tareas de producción y afianzar su liderazgo en Industrial Light and Magic, la división de efectos visuales de su compañía Lucasfilm. Sus obligaciones corporativas fueron casi tan difíciles como las creativas, ya que Episodio V tuvo una de las producciones más complicadas de toda la saga. Su presupuesto inicial llegó casi a duplicarse a raíz de graves problemas en el set, que incluyeron un incendio, actores heridos y multas de los sindicatos de guionistas y directores.
Al principio consideré venderle todo a Fox… Simplemente tomaría mi porcentaje, me iría a casa y nunca volvería a pensar en Star Wars otra vez. Pero la realidad es que estaba cautivado.
Más allá de los problemas de producción, George Lucas había enfrentado una cantidad de estrés insospechado tras el éxito de la primera película de la saga. Para su secuela, la financiación salió de su propio bolsillo y supervisó personalmente todos los aspectos de la producción, enfrentando una apuesta gigante que definiría el resto de su carrera: si le iba bien, las ganancias le permitirían seguir trabajando tranquilo sin presiones en la industria. La desafortunada alternativa era la bancarrota.
Para alivio del padre de Star Wars, el Episodio V de su saga fue un éxito rotundo, convirtiéndose en la película más taquillera del año. Al día de hoy y con los números ajustados a la inflación, sigue ocupando el segundo puesto de secuelas con mayor recaudación en la historia del cine. Pero esta no era una secuela como cualquier otra y eso estaba claro desde el principio: no solo iba a hacer progresar la historia, sino que presentaría nuevos personajes clave y le añadiría varios niveles de complejidad y oscuridad a este universo.
Considerando que la primera película de Star Wars fue una producción dedicada a toda la familia, con una estructura relativamente simple basada en los estudios de Joseph Campbell y un ingenuo optimismo que subrayaba la historia, el tono notablemente más maduro de su sucesora tomó por sorpresa a la audiencia, y le reportó muy buenas críticas. A pesar de que en el momento de su estreno las reseñas estaba divididas, Episodio V sigue siendo considerada al día de hoy como la mejor película de la saga y la que más aportó a su universo.
La aparición del Maestro Yoda y sus enseñanzas reforzaron todo lo que Obi Wan-Kenobi apenas había llegado a insinuar en la primera película, se sumaron personajes de ambigua moral que traicionan a sus amigos (Lando Calrissian te estamos mirando), la tensión sexual entre Leia y Han Solo se resolvió con una inolvidable escena, los planetas de Hoth, Dagobah y otros contribuyeron al creciente paisaje de la galaxia, y todo se volvió mucho más complejo al descubrir que la fuerza maligna que Luke tenía que enfrentar era nada más y nada menos que su propio padre.
La fábula optimista y vibrante de Una Nueva Esperanza se sumió en la más completa oscuridad, revelando una trama familiar inesperada casi shakesperiana, un joven Skywalker permanentemente tentado por el lado oscuro de la Fuerza y un final donde el mal parece triunfar, contrastado con la esperanzadora conclusión que había dejado Episodio IV. La audacia de esta apuesta fue aplaudida por todos los fans y George Lucas pudo dormir tranquilo, sin el peligro latente de que vinieran a buscarlo las hordas enardecidas blandiendo sables de plástico.
El director Irvin Kershner contó muchos años después que, enfrentado con esta inquietud cuando Lucas se aproximó con la propuesta, su colega le contestó que quería una película que fuera aún mejor que su predecesora. No solo Kershner estuvo a la altura de las circunstancias, sino que después del éxito de Episodio V se convirtió en uno de los directores más codiciados de Hollywood. Su visión era hacer una secuela original, más lenta y “lírica”, y sus tiempos contrastaban con el demandante ritmo de producción que exigía el presupuesto.
Sin embargo, los resultados hablaron por sí solos. No fue un camino fácil. El estilo del director irritaba tanto a productores como intérpretes, alteraba los diálogos que no lo convencían e invitaba a los actores a improvisar, filmando incontables tomas de la misma escena. Cuenta la leyenda que así, después de muchos intentos, logró irritar a Harrison Ford al punto de sacarle la famosa línea “Lo sé” en respuesta a la declaración de amor de Leia, y los fans lo amaron. Aunque fue un poco más difícil convencer a George Lucas.
La versión final de la película que llegó a los cines sufrió cambios hasta último momento. Hace apenas unos días se reveló que, luego de que El Imperio Contraataca fuera lanzada en 35 mm, George Lucas se dio cuenta en una de las proyecciones que el final era un poco confuso, en términos de dónde quedaba parado cada personaje. En apenas dos semanas, antes del lanzamiento en 70 mm, tuvieron que filmar y editar tres nuevas escenas para establecer que Luke y Leia quedaban en una nave de la flota rebelde, mientras que Chewie y Lando se dirigían en el Halcón Milenario a rescatar a Han Solo.
Estas revelaciones y otros detalles de la producción de Episodio V fueron liberados como parte de los festejos por el 40 aniversario de su estreno en el sitio oficial de Star Wars, junto con entrevistas exclusivas, anécdotas desde el set, detrás de escena nunca antes vistos, galerías de arte conceptual, tributos a los artistas que participaron de la película y -por supuesto- merchandising especial para celebrar la fecha.
A pesar de las frustraciones de Kershner, de las preocupaciones económicas de Lucas y de las incómodas situaciones que se generaban todos los días en el set de filmación, la producción salió adelante y entregó una de las películas más memorables de la saga de Star Wars. Eventualmente Episodio V superó todas las expectativas y terminó recaudando diez veces su presupuesto. Pero su verdadero legado está en todo lo que aportó a nivel de la historia, de sus personajes e interpretaciones, que quedaron para siempre en la memoria colectiva y al día de hoy, siguen siendo las favoritas de todo el mundo.
Fuente: https://www.filo.news/