En medio de la cresta de contagios por COVID-19 en México, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López–Gatell, consideró que el sistema de vigilancia epidemiológica es limitado, producto de funcionarios precarios del pasado.
“No es casual, porque esto también está embebido en un aspecto de la cultura política de México. Por sexenios estábamos acostumbrados a que se nos mintiera, a que se nos dijera, no pasa nada. Esto es un catarrito”, dice el funcionario en entrevista con El Heraldo de México.
Para López–Gatell, el sistema de vigilancia “es anacrónico” y producto de varias generaciones de funcionarios mal preparados: “Personal directivo que se formó con una conceptualización muy precaria, muy limitada de la Salud Pública, de la vigilancia epidemiológica y de para qué sirven”.
Sin embargo, la actual administración —sostiene— ha logrado que México pueda combatir la pandemia del nuevo coronavirus a la par de países del llamado primer mundo.
La conducción de la estrategia, de la cual Hugo López-Gatell también es vocero, ha traído críticas y acusaciones de imprecisión y sesgo, por parte de exfuncionarios, gobernadores, y detractores políticos. La más reciente del exrector de la UNAM, José Narro.
“Pienso que han reaparecido en un calendario específico. No creo que sea casual. ”, dijo.
Tras mas de 70 días de ofrecer una actualización diaria con cifras y estimaciones de la pandemia, los señalamientos a la estrategia que ha seguido el gobierno se centran en la veracidad del conteo de contagios.
“Los números. ¿Por qué?, porque los números son manipulables, los números, puede llegar alguien a decir: ‘Yo los bajo, yo los subo’, de acuerdo con mi interés”, considera.
“Cuando uno comprende el significado de los datos se da cuenta de que, decir el número: ahora hay dos, ahora hay cinco, ahora hay 20, ahora hay 6 mil, ahora hay dos millones. Para fines de vigilancia epidemiológica no tiene una utilidad directa”, sostiene.
Lo que considera ocupa más a técnicos y científicos son casos sospechosos que se convierten en positivos.
“En el informe más reciente de la semana pasada teníamos 38% de positivos. Gruesamente un poquito más de la tercera parte de las personas que tienen fiebre, tos, dolor de garganta, etcétera, tienen positivo”, reveló.
La lectura de datos estadísticos ha permitido al grupo de científicos calcular el “índice de positividad” que es de cada 100 casos estudiados como sospechosos, 26 resultan positivos.
Esto es lo que marca la diferencia y ha trazado la ruta para determinar el número de camas necesarias y otras estrategias para evitar que el Sistema de Salud se vea rebasado y colapse. Hugo López-Gatell indicó que se ha logrado reducir en tres cuartas partes el número de contagios.
Otro de los reclamos es la decisión del gobierno de no basar su estrategia en la aplicación masiva de pruebas para detectar la enfermedad a lo que el funcionario responde con preguntas.
“¿Cuántas y para qué?, ¿qué modelo de vigilancia quieres, para resolver qué preguntas? —’No, es que no sabemos cuántos casos hay’. Cuando sepamos cuantos casos hay confirmados entre los sospechosos, ¿te va a cambiar la perspectiva? ¿te va a hacer que modifiques tu jornada de sana distancia? ¿O tu capacidad hospitalaria que ya la hemos calculado y está dando toda la capacidad? Y no he obtenido una respuesta técnica fundamentada”, dijo.
A casi la mitad de la epidemia, el gobierno estima una disminución de casos de 75 por ciento, un proceso que comenzó el 13 de marzo, cuando de cuatro casos se pasó 12, y hasta el 8 de mayo, cuando comenzó el pico de los contagios.
“Es donde ya empieza a estar en una meseta, eso se va a prolongar por algunos días, 5 o 6, y entonces luego va a empezar a bajar. Lo que estamos hablando es que la cantidad de casos por día comparado con lo que habría ocurrido si no hubiéramos hecho las medidas (de distanciamiento) es 75% menor. Es una prueba irrefutable de que aplanamos la curva”, explica.
Este resultado, Hugo López-Gatell lo atribuye a las predicciones matemáticas, a la vigilancia epidemiológica inteligente “que no está en la obsesión del número de casos, sino en entender la dinámica de transmisión”, y que hace posible una predicción robusta de que el número de casos va a descender pronto.
“Todavía nos falta la mitad de la epidemia, que quede muy claro, llegar al pico es solo llegar al pico. Y desde la cumbre de la montaña se ve el valle y se ve luz y se ve esperanza, pero todavía faltan varias semanas de reducción progresiva de casos y en hospitales seguirá la intensidad del trabajo”, dice.
Fuente: Heraldo de México