Medio Ambiente

Nuestra forma de vida es insostenible: Rodrigo Navarro

Publicado por
José Cárdenas

Rodrigo Navarro

Michael Moore fue un niño gordito que nació en Flint Michigan en 1954. Su padre y su abuelo fueron ensambladores de autos en la planta de General Motors que cerró sus puertas y se fue a México para abaratar sus costos. Eso cambió el panorama de su ciudad natal. Su madre Verónica era secretaria. En la primaria, secundaria y preparatoria era constantemente molestado por sus compañeros. Tuvo una educación católica y estuvo en el seminario diocesano en la preparatoria. Perteneció a la asociación ecologista Eagle Scouts en secundaria.

También perteneció al Club del Rifle, la asociación nacional estadounidense para defender el derecho a poseer armas para su defensa personal que ha producido en los EU una verdadera cultura de las armas y ha sido ampliamente debatida. Estudió cine en la Universidad de Michigan. Participó en un programa de TV La Terrible Verdad, que ganó el premio Hugh Hefner de arte. Su primer documental Masacre en Columbine presenta una crítica a la cultura armamentista estadounidense, ganó el premio Cesar y el Oscar en 2003. En su discurso de aceptación criticó la política de George W. Bush por la guerra ficticia, la invasión a Irak.

Su documental Farenheith 9/11 lo convirtió en el más taquillero de todos los tiempos. Gano 120 millones de dólares y lo catapultó a la fama, además de volverlo millonario. Presenta las motivaciones financieras ocultas tras la invasión a Irak. La relación entre las familias Real Saudí, los Bush y los Bin Laden. Este documental obtuvo la Palma de Oro en Cannes en 2004. En 2007 presenta su documental Sicko sobre cómo ha sido desmantelado el sistema de salud norteamericano para favorecer a empresas privadas y las grandes farmacéuticas. A diferencia de muchos patrocinadores de las teorías de la conspiración, Michael Moore investiga y presenta pruebas de lo que muestra en sus documentales. Ha realizado otros dos documentales más Capitalismo: una historia de amor y Trumpland, donde analiza la división que llevó a Donald Trump al poder y mantiene activo al racismo en los EU.

Ahora produce el documental de Jeff Gibbs, El Planeta de los Humanos, nombre que parodia al del filme el Planeta de los

Simios. Este documental cuestiona si hay posibilidad para las energías renovables contra el daño que el ser humano ha producido en el planeta. Comienza preguntando a varias personas cuanto tiempo le queda a los seres humanos en el planeta. Las respuestas van desde 5, 50, cien, mil, un millón de años, hasta infinito. Un sarcástico señor dice 47 años, 3 meses, 5 días. Bueno, es un aproximado, agrega. Otra señora dice, sobrevivirán las cucarachas y algunos de nosotros para seguir perpetuando la especie y nos adaptaremos a esa circunstancia de un planeta degradado. Otro dice, si nos vamos a otro planeta lo arruinaremos como hemos arruinado este. Y finalmente una señora de la tercera edad dice, vamos al contrario de la evolución y nos vamos a convertir de nuevo en simios, si no es que ya lo estamos.

El autor, Jeff Gibbs es desde pequeño, creció con el nacimiento de los movimiento ecologistas y del Día de la Tierra liderado por Denis Hayes en 1970. Cuenta como de niño desvieló un trascabo poniéndole arena en el tanque de gasolina porque tumbaba los árboles en un bosque detrás de su casa. Escribe sobre sustentabilidad y vive en una casa sustentable alimentada por paneles solares en el bosque en Michigan y con leña de un aprovechamiento sustentable del bosque cuando no hay suficiente luz solar. Cubriendo las protestas de la gente por la destrucción de montañas para extraer carbón mineral, es amenazado por la policía local. Usted puede filmar lo que quiera, nosotros lo vamos a reportar al FBI y al procurador de EU.

Gibbs se pregunta al comienzo del filme, mientras rueda por una carretea recta y larga de esas que abundan en los EU, ¿se imagina a una sola especie tomando el control del planeta, irá demasiado lejos, se auto restringirá? ¿Qué tal si va demasiado lejos? ¿Cómo sabrán que es tiempo de detenerse? Somos adictos a los combustibles fósiles.

Ya hemos hablado aquí como los presidentes norteamericanos desde Eisenhower, Truman y Kennedy recibían reportes sobre el peligro que la emisión de CO2 a la atmósfera causaría. Situaban el daño para finales del siglo XXI. Lo veían muy lejano. Hay incluso un film de ciencia ficción, La Diosa Encadenada (en referencia a Prometeo el dios encadenado por revelar a los humanos los secretos del fuego, que representa a la ciencia) de Frank Capra donde un científico explica a Meteora, la diosa del clima los

peligros del progreso tecnológico y el cambio climático (1958). Advertía sobre el aumento de la temperatura media del planeta y el deshielo de los polos y la inundación de las ciudades costeras.

La llagada de Obama al poder trajo no solo dinero a las energías renovables sino un cambio en la política ambiental y en el american way of life, por lo que fue catalogado de socialista. Hablaba de la reconversión energética de EU. El documental desnuda como la producción industrial de paneles solares y de molinos eólicos suele ser más contaminante incluso que el petróleo. Como los grandes consorcios económicos están detrás de las organizaciones que promueven esta economía verde como Blommbers Phylantrophy, El Sierra Club, Beyond Coal. Detrás están el propio Blommber, los hermanos Koch, Bill McGibben director de la mayor empresa de producción de biogás del mundo, Mc. Donnalds, las empresas mineras globales, Coca Cola, etc. Y utilizan caras como Al Gore y Richard Branson quienes se han enriquecido con la producción de etanol y combustibles de viruta de madera que han causado entre otros la destrucción del Amazonas. Nos vendieron la ilusión de que las energías verdes nos iban a salvar.

El problema como esta pandemia lo ha evidenciado y ha sido descrito por muchos científicos desde hace décadas, es nuestra forma de vida, el consumo de energía (que en los últimos 50 años ha aumentado 100 veces) y los modos de producción. En Film4Climate discutimos hace tres años como la industria alimenticia pasaría de ser contaminante al producir carne a ser contaminante al producir industrialmente insectos. Nestlé y todas las grandes compañías alimentarias están invirtiendo millones de dólares en la investigación para producir masivamente proteína de insectos.

Esta pandemia se ha producido por la destrucción de ecosistemas, del tráfico de especies de vida silvestre, de nuestros patrones de consumo y de la forma de vivir, del contacto humano como una plaga. Si no nos cae ahora el veinte y somos suficientemente inteligentes (nos autodenominamos monos pensantes) para limitar voluntariamente nuestra presencia en el planeta y nuestro impacto sobre ecosistemas y sus habitantes, seguramente vamos a reducir nuestra calidad de vida, vamos a padecer de infinitas plagas y la vamos a pasar muy mal. Sobre todo le vamos a heredar un peor planeta a nuestros descendientes.

Los seres humanos nos hemos escondido en un sistema de creencias culturales que hemos construido para escondernos y no ver la realidad. Como sea que las llamemos: puntos de vista, creencias políticas, sociales, religiosas; esquemas; todas las culturas las tienen y tras ellas nos ocultamos para no cambiar nuestra realidad y justificarnos. Tendremos que sentarnos a pensar y deconstruirnos. Pensar que es lo verdaderamente valioso en nuestra existencia.

Pienso en millones de niños encerrados sufriendo los miedos y traumas de sus padres que no supieron darles un mejor lugar para vivir. ¿Qué clase de seres humanos estamos formando, individualistas, egoístas, materialistas, indolentes, a quienes no les interesa leer o tener conciencia crítica? O ¿niños activos, que investigan, analizan y son proactivos para incidir en su familia, su comunidad, su entorno natural y ofrecerse una oportunidad?

Compartir:
Compartir
Publicado por
José Cárdenas