El viernes, las autoridades sanitarias reportaron 2 mil 437 nuevos casos confirmados del COVID-19 junto con 290 muertes más, mientras que varios de los hospitales de la Ciudad de México se acercaron a su capacidad total.
A pesar de estos datos, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, remarcó que hay indicios de que la tasa de contagios ha comenzado a disminuir a medida que México se encuentra bajo una creciente presión internacional para reabrir las cadenas de suministro mundiales que dependen de él.
Un exfuncionario de Salud y un grupo de investigadores mexicanos señalan que las nuevas cifras apuntan a una curva que todavía está en una trayectoria ascendente. Con una de las tasas de pruebas más bajas de la región para detectar el nuevo coronavirus, las hospitalizaciones en México pueden ser el mejor referente para medir el alcance de la pandemia y cuándo es seguro reabrir. Esos números, por ahora, son sombríos.
En la capital del país, al menos 73 por ciento de todas las camas de hospital están ocupadas y 64 por ciento de los ventiladores están en uso para pacientes con COVID-19, informó el martes López-Gatell. Eso muestra un aumento de 58 por ciento tomando como referencia el 29 de abril. Alrededor de una cuarta parte de todos los casos del nuevo coronavirus se concentran en la Ciudad de México.
«No podemos decir que la curva está cayendo o incluso que está llegando a una meseta», explicó Alejandro Macías, excomisionado contra el virus A-H1N1 durante el brote de 2009.
«Necesitaríamos semanas de números a la baja para poder decir eso. Está bien hacer planes para reabrir, pero tenemos que esperar más para poder decir que hemos alcanzado el pico«, subrayó.
Funcionarios y organizaciones de salud pública, incluidos los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), advirtieron que las economías no deberían comenzar a reabrir hasta que haya una disminución en los casos generales o pruebas positivas al virus SARS-CoV-2 por un período de 14 días.
A partir del viernes, 16 hospitales en el área metropolitana del centro del país tenían una capacidad «crítica», 25 informaron una «buena» y 32 indicaron una ocupación de entre 50 y 89 por ciento, según los datos de la Ciudad de México.
«Por lo que hemos visto en la Ciudad de México, hay una saturación significativa en los hospitales», indicó Fernando Alarid, miembro de un grupo de investigadores del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y la Universidad de Stanford, que ha estado trabajando en modelos COVID-19 para algunas entidades del país.
«Tan pronto como relajes los esfuerzos de mitigación de la enfermedad mientras todavía hay una gran cantidad de casos nuevos, verás un aumento en los casos, una nueva ola«.
El modelo matemático y epidemiológico del grupo predice un pico en los casos de la Ciudad de México para el próximo 21 de junio, pero solo si las prácticas de distanciamiento social se mantienen hasta el final de este mes. En ese escenario, México vería 28 mil 757 casos nuevos en esa fecha, y los casos confirmados acumulados alcanzarían los 680 mil 8.
«Me imagino que las autoridades están teniendo en cuenta otras consecuencias económicas y sociales en su proceso de toma de decisiones. Nosotros solo miramos los casos», enfatizó Alarid.
México celebró el Día de la Madres el pasado 10 de mayo, con las autoridades rogando a los ciudadanos para que no fueran a visitar a sus familiares. No obstante, Oliva López, secretaria de Salud capitalina, admitió que se recibieron reportes de filas de personas que esperaban comprar alimentos, flores y pasteles en algunas áreas de la ciudad.
«Veremos el impacto de estas salidas en los próximos días», dijo en una entrevista con W Radio.
Los casos confirmados del nuevo coronavirus en México llegaron a los 45 mil 32, mientras que las muertes subieron a 4 mil 767, informó el viernes la Secretaría de Salud.
México no permite la realización de pruebas serológicas para detectar anticuerpos contra el virus en uno de los principales hospitales privados, el Centro Médico ABC. Estos límites en las pruebas, tanto para ver cuántas personas están infectadas actualmente como para ver cuántas ya se han recuperado, están obstaculizando la capacidad de los médicos para controlar el brote, aseguró Francisco Moreno, jefe de Medicina Interna del hospital.
«La realidad es que nadie conoce la realidad. Si no estás realizando pruebas, entonces no sabes cuándo estás alcanzando el punto máximo de contagio, no sabes cuánto durará eso y no sabes cuándo ese número comenzará a caer, para determinar cuándo estás listo para reabrir el mercado «, abundó.
Las etapas de la ‘nueva normalidad’ de México
Los sectores automotriz, de la construcción y minería de México comenzarán a implementar su proceso de reapertura a partir del próximo lunes, y su producción podrá aumentar tan pronto como sus protocolos sanitarios sean puestos en marcha y aprobados, según un decreto publicado el viernes por la Secretaría de Salud. A partir del próximo 18 de mayo, las escuelas y las empresas comenzarán a reabrir en áreas del país sin casos de virus reportados.
Los fabricantes de automóviles estadounidenses consideran que la producción de automóviles y piezas en México es especialmente crucial para que puedan reanudar su propia fabricación. En México, se espera que el producto interno bruto caiga 7.5 por ciento este año, según la última encuesta a economistas realizada por Citibanamex.
La reapertura «se realizará de una manera extremadamente cuidadosa. Tenemos que volver a cierta normalidad. Necesitamos reactivar la vida social y económica y eliminar la enorme presión sobre las personas que viven día a día. Tenemos que ser conscientes del riesgo potencial de un resurgimiento en los casos «, remarcó López-Gatell el martes.
México perdió 555 mil 247 empleos en abril en medio del cierre de muchos negocios a nivel nacional para detener la propagación del virus SARS-CoV-2, lo que fue su peor caída mensual registrada.
En EU, el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, Anthony Fauci, también advirtió que una reapertura del país demasiado temprana podría provocar sufrimiento y muerte innecesarios.
«Existe un riesgo real de que desencadenes un brote que tal vez no puedas controlar«, dijo el martes en una audiencia del Comité de Salud del Senado.
«De hecho, paradójicamente, te retrasará, no solo provocando un poco de sufrimiento y muerte que podrían evitarse, sino que incluso podría retrasarte en el camino de la recuperación económica».