“El show debe seguir”. Esa parece ser la premisa bajo la cual la UFC volverá a la actividad este sábado. Tras ocho semanas de interrupción forzada por la pandemia de coronavirus, la compañía de artes marciales mixtas reanudará sus combates con una gran velada que se realizará en Estados Unidos, país que se ha erigido como el gran foco de la enfermedad por estos días. Sin público y bajo estrictas medidas sanitarias, más de 20 peleadores dirán presente en el Jacksonville Veterans Memorial Arena del estado de Florida.
En total, se desarrollarán 12 combates, aunque el más esperado será el que protagonizarán los norteamericanos Tony Ferguson y Justin Gaethje por el título interino de peso ligero. El Cucuy Ferguson es el máximo retador al cinturón de la categoría y su pelea planificada iba a ser contra el ruso Khabib Nurmagomedov, dueño de la corona que no pudo salir de su país ante las restricciones en los vuelos por causa de la pandemia que golpea al mundo. El vencedor deberá unificar las coronas luego contra The Eagle.
Ferguson llega con un récord de 26 triunfos y 3 derrotas, aunque encadena sobre sus espaldas un hilo de 12 victorias consecutivas, las últimas dos ante Anthony Pettis y Donald Cerrone, quienes se enfrentarán entre sí en este UFC 249.
Sin embargo, no será la única pelea que despierta la pasión de los fanáticos. Como parte de la cartelera estelar se medirán Henry Cejudo vs Dominick Cruz, Francis Ngannou vs Jairzinho Rozenstruik, Jeremy Stephens vs Calvin Kattar y Greg Hardy vs Yorgan de Castro. Habrá, además, otros siete combates preliminares.
Está será la primera de tres jornadas de peleas. El miércoles 13 de mayo será la segunda y tres días más tarde, el 16 de mayo, la tercera. Todas tendrán como escenario el Jacksonville Veterans Memorial Arena, cuyas 15 mil butacas lucirán vacías.
Más allá de lo estrictamente deportivo, el ojo estará puesto en los protocolos que se llevarán adelante para cuidar la salud de los peleadores y de todos los involucrados en la velada. Ejecutivos de UFC y personal médico se tomaron seis semanas para redactar un documento de 25 páginas en el cual se detallan todas y cada una de las medidas que se implementarán de cara al evento del sábado.
En principio, se contará con una dotación de personal reducida a la mitad (generalmente se dispone de unos 300 trabajadores). Al llegar a Jacksonville, Florida, todos los peleadores, entrenadores, auxiliares, periodistas, camarógrafos y empleados fueron llevados a un puesto de revisión en el cual se les tomó la temperatura y se les sacó sangre para una prueba de anticuerpos. También se les hizo un hisopado a través de las cavidad nasales.
Una vez en el hotel, todos los involucrados en el evento debieron respetar un estricto aislamiento y distanciamiento social.
Durante la velada en el Jacksonville Veterans Memorial Arena todos deberán utilizar máscaras y guantes. El octágono será desinfectado de manera constante para evitar que los referís y los peleadores entren en contacto con la sangre, el sudor o la saliva ajena que suele quedar sobre el suelo luego de los combates.
De esta manera, Dana White podrá cumplir con su cometido. El presidente de la UFC había expresado su voluntad de seguir adelante con las contiendas aún a pesar de las estrictas medidas que se estaban tomando en la mayoría de los países para evitar la propagación del COVID-19. El número creciente de infectados y de muertes, y la consiguiente interrupción de las competiciones deportivas, lo obligó a detener la actividad de su compañía por ocho semanas. Este sábado será tiempo de volver al ruedo.