En una de sus fotografías, en la que la actriz está con unos leggins y ropa deportiva, en un jardín con el césped y los arbustos verdes y perfectamente podados, Danna Paola escribió: “me aburro a ratitos”, a lo que una de sus seguidoras respondió: “Si tú te aburres a ratitos con alberca, imagínate yo en mi choza”, escribió una joven cuyo perfil tiene una fotografía en la que de fondo se ve el Metro de la CDMX.
Así como Danna Paola hay otros artistas, influencers y usuarios de la red social que se han sumado a la tendencia de sacarle provecho a la cuarentena para generar contenido instagrameable y mostrar su “#quarantinekings o #quarantinequeens”.
A este nueva tendencia la columnista de la edición británica de la revista Glamour, Marie-Claire Chappet, la bautizó como smugsolation.
Es término en inglés compuesto por las palabras presumir y aislamiento, ella lo define como “el acto de ponerse en cuarentena durante una crisis mundial en un lugar envidiable (mansión, casa de campo de 15 habitaciones o en la playa) con alimentos caros, tragos, adorables mascotas y enorme espacio al aire libre, haciendo una difusión de su acomodada situación en las redes sociales”.
Los casos de smugsolation son innumerables.
Belinda se confinó en una mansión en Acapulco, en la que se pasea en traje de baño y hace videollamadas con famosos como Jared Leto o Maluma para matar su aburrimiento.
Desde ahí pide a sus fans quedarse en su casa para evitar la propagación del COVID-19.
“Estos días son para reflexionar y disfrutar a los nuestros, cuidémonos”, invita la cantante mexicana.
Otros como la influencer Heidy Esquina han publicado un puntal seguimiento de su cuarentena… desde su departamento de Polanco, donde para matar el aburrimiento y seguir generando contendido se hace fotografías en su cuarto con una espectacular vista de la ciudad, con sus costosos outfits, que incluyen marcas como Gucci.
Estas historias que los influencers y famosos reflejan en sus perfiles incluso pueden parecer hasta surreales, pues mucha gente en México está viviendo una situación completamente diferente.
Tal es el caso de Alejandro Yáñez, quien es asistente de producción en un canal de televisión de paga.
“Yo no puedo trabajar en mi casa. Es triste porque en el camino veo negocios cerrados o vacíos y mientras voy al trabajo me expongo mucho, y tengo contacto con mi familia y la puedo contagiar y en ese sentido me da miedo”, dice.
La motivación de Alejandro para salir a trabajar diario es su mamá, una mujer de más de 60 años, cuyo único sustento económico es su hijo.
Mientras este joven de 27 años tiene que salir a trabajar diario, pues no puede cumplir la cuarentena, en redes sociales hay otros personajes que lamentan estar encerrados en sus lujosas casas.
Incluso el influencer Mario Sierra Moncada, quien tiene su Instagram repleto de fotografías con famosos en lugares exóticos, se mofa de estas actitudes.
Mario Sierra se volvió más viral en las redes debido a que el pasado 26 de marzo circuló un video en el que parodia las quejas de varios influencers y llora inconsolablemente porque gracias a la pandemia ya no puede salir de compras, ni ejercitarse porque el gimnasio del residencial en el que vive está cerrado. Pero lo más grave para él es que ya no tiene tintorería para limpiar su ropa. Como medida de precaución le pide a su servidumbre no ir a su casa, pues considera que al viajar en transporte público pueden traer bichos.
“Ya no puedo más. Cerraron el spa y la tintorería y yo no sé lavar ropa. A Lupita le di la cuarentena libre porque me da miedo que ella va en transporte público y no sé qué bichos pueda traer a mi casa”, señala en el video.
De acuerdo con Ricardo Fuentes, director de Oxfam México, este tipo de casos que se presentan en la pandemia visibilizan la desigualdad.
“El hecho de que tengamos un grupo de personas que vivan en mansiones y que tengamos otro grupo de personas que ni siquiera pueden quedarse en casa porque tienen que buscar la vida diaria, el pan de cada día, es un reflejo de la realidad tan inaceptable de la desigualdad”, afirma en entrevista para La Razón.
En México abundan estos casos, además del de Alejandro Yáñez, están los comerciantes informales que tienen que salir a vender en tianguis, en mercados o en la calle y también en las redes sociales se pueden observar fotografías que diariamente circulan que muestran otra realidad de México.
Sin embargo, hay algunas plataformas que son las primeras en fomentar la desigualdad, ya que ocultan el lado más vulnerable de la sociedad como lo hizo Tik Tok.
En esta red social hemos podido apreciar videos cortos de influencers como Manelyk González, de Acapulco Shore, quien graba sus videos de cuarentena junto a su novio, Jawy Mendez, desde la terraza de su departamento para luego subirlos a Instagram.
Tik Tok estuvo envuelta en un escándalo porque se filtró un documento en el que pedía a sus moderadores que suprimieran las publicaciones de usuarios con “una forma anormal del cuerpo”, “demasiadas arrugas”, “aspecto facial feo”, así como “videos en barrios marginales” y en los que aparezcan “viviendas en mal estado”.
Y aunque Tik Tok dijo que ya no aplican estas políticas, lo cierto es que los videos del confinamiento que más reproducciones tienen son los que muestran belleza física y casas bonitas.
“El hecho de que existan estas nuevas brechas económicas y en otras dimensiones es algo que debe cambiar en el país”, concluyó el experto Ricardo Fuentes.