Tras permanecer cerradas durante casi dos meses para luchar contra la epidemia del coronavirus, varias playas del litoral atlántico francés volvieron a acoger a bañistas este miércoles, en el tercer día de un desconfinamiento paulatino y cauteloso.
La playa de La Baule, reputada como una de las más bellas de Europa, reabrió temprano para quienes deseen bañarse, pasear o realizar deporte en solitario. Lo mismo fue decidido para la playas de arena blanca de la localidad de Pornichet y la gran playa de Les Sables-d’Olonne, la localidad de donde sale la mítica vuelta al mundo en solitario, la Vendée Globe.
No obstante, toda presencia estática, sentada o tumbada, está prohibida, indicó la prefectura del departamento de Loira Atlántica en Twitter, así como las reuniones de más de diez personas, las prácticas festivas o el consumo de alcohol.
Los alcaldes de estas ciudades costeras pedían desde hace días la reapertura de sus playas, una medida que estimaban necesaria para «mantener la atractividad económica y turística», tras semanas de parálisis económica.
«Nuestras playas son amplias y permiten pasear solo o en familia, hacer deporte en solitario o pescar de pie, y esto de forma segura y respetando las medidas de distanciamiento físico», argumentaron los regidores de estas ciudades.
Varias playas de la Costa Azul francesa, como la de Niza, podrían reabrir este fin de semana, si la prefectura de Alpes Marítimos da luz verde a las solicitudes realizadas por varios municipios.
«Hay una fuerte presión de los habitantes, que se preguntan por qué pueden ir a grandes supermercados, a la montaña, a los bosques y no pueden ir a caminar en las playas o ir a surfear», dijo a la AFP Emmanuel Alzuri, el alcalde de Bidart, una pequeña localidad cerca de Biarritz, en el suroeste de Francia.
Con cerca de 27,000 muertos, Francia es uno de los países más golpeados del mundo por el nuevo coronavirus. Pero tras registrar una caída en el número de decesos diarios y de pacientes graves, las autoridades decidieron levantar parcialmente el confinamiento.
Desde el lunes, los franceses pueden salir a las calles sin justificativo, siempre y cuando no se alejen a más de 100 kilómetros de sus domicilios. Y las tiendas de ropa, peluquerías, florerías y librerías levantaron sus persianas tras permanecer 55 días cerradas.
También se reabrieron los parques y jardines -excepto los de las zonas en donde se considera que la Covid-19 sigue circulando activamente, como es el caso en la región parisina – el Campo de Marte frente a la Torre Eiffel y la Explanada de los Inválidos.
Los parisinos pueden volver a pasear por los bordes del río Sena y del canal San-Martin, pero tras una importante afluencia el lunes de viandantes en ambos lugares, que se reunieron para celebrar su primer día de libertad alrededor de unas copas, las autoridades prohibieron el consumo de alcohol en ambos lugares.
En otra señal de un regreso paulatino a la vida de antes, el santuario de Lourdes, en el suroeste de Francia, que es visitado cada año por millones de personas, anunció este miércoles su reapertura parcial a partir del sábado para los peregrinos que viajan solos y viven cerca.
La Gruta de las Apariciones, donde según la tradición la Virgen María se apareció a la pastora Bernadette Soubirous en 1858, permanecerá cerrada hasta nuevo aviso.
Es «demasiado pronto para gritar victoria», pero el camino que estamos siguiendo es «el correcto», dijo este miércoles el presidente Emmanuel Macron al inicio de un consejo de ministros, según la portavoz del gobierno, Sibeth Ndiaye.
Fuente: El Economista