El Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud (IHME por sus siglas en inglés) de la Universidad de Washington agregó a México en sus proyecciones sobre el comportamiento de la pandemia Covid-19 como parte de un primer bloque de países latinoamericanos y estimó que el pico de la pandemia podría extenderse hasta el 6 ó 7 de junio al menos en los estados donde se están registrando por ahora el mayor número de infecciones y muertes.
Además de las proyecciones de fallecimientos, el IHME también hace estimaciones sobre requerimientos de camas de hospital, camas para Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y ventiladores para pacientes con Covid-19, y si bien en esta primera etapa para México sólo ha incluido a 7 entidades federativas -Baja California, Ciudad de México, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Estado de México y Tabasco-, revela que las necesidades y respuestas hospitalarias en México han sido muy diferenciadas, y algunos estados pueden estar sufriendo más escasez de recursos hospitalarios.
Según los últimos datos reflejados por IHME en sus tablas, Baja California y Quintana Roo podrían estar experimentando una demanda total de camas hospitalarias que excede las capacidades actuales, mientras que todos los estados están en capacidad o experimentan escasez de camas en las UCI en relación con la necesidad.
“Desde el 12 de mayo, la Ciudad de México estaría necesitando 499 camas de UCI y cuenta con 192 disponibles, mientras que Baja California tiene una necesidad de 271 camas de UCI con solo 32 disponibles”, menciona el Instituto en su reporte.
Los detalles sobre estados individuales en México se pueden consultar en el sitio especial Covid del IHME en https://covid19.healthdata.org/mexico.
El doctor Rafael Lozano, médico mexicano que participa en laelaboración de estos trabajos del IHME, mencionó que el objetivo de este modelo es decirle a los tomadores de decisiones dónde están sus problemas de camas, terapia intensiva y ventiladores, y eso aparece en los 7 estados incluidos y en los que se basa la estimación que fueron los que mayor mortalidad registraban en su momento. Y hacia adelante actualizarán para incorporar otros 8 estados y así hasta cubrir el total del país.
Uno de los obstáculos para tener más datos sobre México es la insuficiencia de pruebas, pero a final de cuentas con los datos de mortalidad se define la situación de México y sus entidades; de cualquier manera, para complementar el modelo se tomaron en cuenta políticas públicas y la respuesta a las políticas públicas que es la movilidad ciudadana.
“No pudimos incluir las fechas de reactivación de actividades porque no habían salido, pero es una variable muy importante y las vamos a incorporar”, aclaró al precisar que eso va a modificar las tendencias, porque “estamos seguros que en las condiciones en que está el país es muy dificil abrir la economía en algunos lugares.”
Conforme las estimaciones del organismo de la Universidad de Washington ubicada en el estado de Seattle de Estados Unidos, el estado de Sinaloa va bajando con celeridad en la intensidad de la epidemia y para mediados de junio calculan que ya no habrá muertes; tampoco en Puebla y Quintana Roo, aunque en este último por ahora tendría un serio problema de insuficiencia de camas. Igualmente Tabasco es otro estado cuyo sistema hospitalario estaría sufriendo problemas fuertes para atender a toda la demanda de Covid-19.
Para el caso de la Ciudad de México, Lozano estimó que va a tener un problema muy prolongado de mortalidad y de reabrir actividades antes de tiempo, el riesgo es que haya un rebrote en agosto. Y es que en la capital del país es donde la movilidad no se ha podido reducir en formo como si ha sucedido en otras entidades, y por ello es de esperarse que el contagio se prolongue por más tiempo aunque aparentemente se mantenga la gran mayoría como casos no graves.
Hizo ver también que para el Estado de México la situación se vislumbra controlada, porque -como siempre ha sucedido- se apoya mucho en la infraestructura de la capital del país, pero de no ser así tendría muy serios problemas.
Fuente: El Economista