Quizá en otras partes del mundo haya ocurrido, pero aquí, en nuestro país, ningún gobierno ha caído de pie durante y después de una crisis económica como la que estamos viviendo, al menos en la época moderna. Si bien es cierto se entiende el discurso optimista del Presidente, (pues como mandatario le toca tenerlo), la realidad es que el reiterado “vamos bien” o el “ya domamos la pandemia”, (cuando continúan creciendo los contagios y muertes), ofende hasta al “más pintado”.
Pasamos del “como anillo al dedo” al “tan bien que íbamos y se nos presentó la pandemia”. El Gobierno de López Obrador transitó de considerar que la llegada del Covid nos beneficiaba, (sentencia que insultó a millones), hacia un cúmulo de frases que denotan lo que nunca aceptará de manera pública: errores de tiempo en el trato de la contingencia.
Poco menos de dos meses fueron suficientes para que AMLO modificara su discurso: “del qué bueno al qué desgracia”. Y es que de verdad minimizó la pandemia, de ahí que Hacienda se haya visto en la necesidad, (porque no le quedaba de otra más que inyectar dinero contra el Covid), de efectuar el mayor recorte del que se tenga memoria a casi toda la administración pública federal: 75 por ciento.
Este tipo de improvisación es la que ha generado que la 4T pierda algunos personajes valiosos, el más representativo: Carlos Urzúa y su muy prematura salida de Hacienda. Si bien es cierto el Covid19 y su crecimiento no estaban presupuestados en la mayoría de los países, la realidad es que cada nación se ha encargado de mejorar o empeorar su escenario.
Me informan al interior de Palacio Nacional que en la reunión donde se decidió el “mega recorte”, nadie se atrevió a decirle a AMLO que de haberse actuado con mayor celeridad y prudencia en la pandemia, se habría afectado menos el presupuesto de la administración federal.
De hecho, personas que participaron en los acuerdos para proyectar el “apretón de cinturón”, comentan que el Secretario de Hacienda, Arturo Herrera, en más de una ocasión quiso comentar que dicho recorte, (proyectado para lo que resta del 2020), pondría al límite a varios organismos descentralizados y fideicomisos que operan gasto.
El pasado 2 de abril AMLO afirmó dos cosas: primera, que “saldríamos fortalecidos” de la contracción económica provocada por la pandemia, y segunda, que sería “transitoria”. Si estas palabras las dijo como aquella cuestionable frase de “la pandemia nos cayó como anillo al dedo”, definitivamente es todo lo contrario.
El tema del secuestro
Los avances positivos que algunos estados han tenido en el secuestro se deben en buena medida al trabajo de la Coordinación Nacional Antisecuestro. Entidades como Veracruz, (que sufren en serio este problema y encabezan las estadísticas nacionales), mejoraron en este rubro por intervención federal, de otra forma, seguirían a ciegas.
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