El porcentaje de mexicanos que dice ser “muy feliz” registró una baja de 11 puntos, entre marzo y abril, al pasar de 57 a 46 por ciento, quedando en ese mismo porcentaje en mayo.
Así lo revela la serie de encuestas nacionales telefónicas de El Financiero. Según esos estudios, la caída en el nivel de felicidad se dio cuando el país elevó la fase de emergencia de la pandemia, llamando al aislamiento social y pidiendo el cierre de actividades no esenciales. Entre abril de 2019 y marzo de 2020, el indicador había mostrado altibajos pero con una tendencia general al alza. La baja en el porcentaje de mexicanos que dicen ser “muy felices” se compensó con quienes dicen ser algo felices, que subió de 34 a 41 por ciento, de marzo a abril, y a 43 por ciento en mayo. La proporción que dice ser poco o nada feliz fue de 9, 13 y 11 por ciento en esos mismos meses.
De acuerdo con el estudio, la baja en la felicidad se observa principalmente entre los entrevistados de estratos bajo y medio bajo de ingreso, entre quienes el porcentaje que se dice “muy feliz” bajó de 46 a 40 por ciento, de marzo a abril, y a 35 por ciento en mayo. En contraste, el estrato de nivel de ingreso medio y medio alto reporta niveles de respuesta “muy feliz”, de 61 por ciento, en marzo, con una baja a 50 por ciento en abril y un rebote a 57 por ciento en mayo.
Al parecer, a los entrevistados de estratos medio y medio alto les afectó más fuerte el primer mes del confinamiento, pero recuperaron niveles de bienestar subjetivo. No así los de niveles bajo y medio bajo, que han continuado con la tendencia a la baja.
El estudio revela que, por lo general, los mexicanos con mayores niveles de estudios reportan tener mayores niveles de felicidad, reforzando el vínculo de ese sentimiento con el nivel socioeconómico.
Sin embargo, el sexo y la edad arrojan diferencias menos marcadas en los niveles de felicidad.
Ante el llamado del presidente López Obrador, de explorar métricas de desarrollo que reflejen el sentir y bienestar subjetivo de la población, esta medición de felicidad muestra dos fenómenos a considerar: uno es que la pandemia sí está golpeando el estado de ánimo y el sentido de bienestar subjetivo de los mexicanos, y dos, que ese golpe está siendo más fuerte entre los mexicanos de niveles socioeconómicos más bajos. En otras palabras, ante la contingencia sanitaria, el pueblo está menos feliz.
Fuente: El Financiero