El gobierno del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, prorrogó el cierre de todas sus fronteras por 30 días, cuando el país sudamericano alcanzó la marca del segundo país con mayor contagios de COVID-19 en el mundo sólo detrás de Estados Unidos.
La decisión aplica tanto a las fronteras terrestres como las aéreas, y excluye el tráfico comercial.
Brasileños y residentes en el país quedaron exceptuados en la decisión, publicada en el Diario Oficial el viernes por la noche, al aducir “razones sanitarias”.
Brasil reportó más de 330 mil casos confirmados de COVID-19 el viernes, superando a Rusia; además, más de 21 mil fallecieron desde la llegada de la pandemia.
Fuente: La Razón