El Gobierno del presidente Jair Bolsonaro se ha aferrado a la cloroquina como tabla de salvación en medio de la pandemia y recomendó este miércoles su uso para tratar a pacientes con síntomas leves de COVID-19, una enfermedad que deja ya cerca de 18.000 muertos en Brasil, tras superar los 1.000 decesos diarios.
Orientado por Bolsonaro, el Ministerio de Salud publicó este miércoles un nuevo protocolo sobre el tratamiento a los pacientes con coronavirus, el cual extiende el posible uso de cloroquina e hidroxicloroquina en casos leves, pese a que la eficacia de esos antipalúdicos aún no ha sido demostrada en la lucha contra el virus.
“Una esperanza, como relatado por muchos que la usaron”, afirmó este miércoles Bolsonaro, un día después de que su homólogo estadounidense, Donald Trump, anunció que seguirá tomando hidroxicloroquina porque siente “curiosidad”por sus efectos.
El nuevo protocolo fue publicado en Brasil un día después de que importantes asociaciones médicas desaconsejaran el uso de la cloroquina y sus derivados al considerar que las evidencias sobre su eficacia para tratar el COVID-19 son “débiles” y que, además, puede tener graves efectos colaterales, como producir arritmias cardíacas.
Pese a las recomendaciones de los especialistas, Bolsonaro recalcó hoy que la situación de “guerra” que vive Brasil, el tercer país más afectado por el COVID-19, justifica la decisión de su Gobierno de autorizar su uso.
“Aún no existe comprobación científica, pero está siendo experimentada y usada en Brasil y en todo el mundo. De todas formas: estamos en guerra” y “peor que ser derrotado es la vergüenza de no haber luchado”, resaltó el capitán de la reserva del Ejército en un mensaje publicado en su cuenta en Twitter.
La obsesión de Bolsonaro por este medicamento precipitó la caída de dos ministros de Salud en menos de un mes. Primero fue destituido Luiz Henrique Mandetta tras duros embates con el presidente, mientras que su sucesor, Nelson Teich, presentó su renuncia 28 días después de asumir el cargo.
Teich fue substituido de forma interina por el general Eduardo Pazuello, un militar con un sólido currículum pero sin experiencia en el área de salud y que este miércoles firmó el nuevo protocolo sobre el uso de la cloroquina, empleada durante décadas para tratar la malaria.
Pese a que su nombramiento era temporal, Bolsonaro reconoció que Pazuello podría “quedarse por mucho tiempo” en el cargo, en medio del creciente avance del coronavirus, que ya deja más de 271.000 casos confirmados y cerca de 18.000 muertes.
Fuente: El Heraldo de México