La epidemia por el COVID-19 no solo ha afectado la salud e integridad de miles de mexicanos, también arrasó el empleo formal y los especialistas estiman que este virus dejará sin sustento a poco más de un millón de personas en México. Ahora corresponde tomar decisiones que ayuden a mitigar el efecto de la crisis y recuperar las fuentes de empleo.
Las medidas que el gobierno federal debe adoptar en materia económica deben estar centradas en la conservación de empleos formales, de lo contrario la recuperación tras el efecto del COVID-19 podría ser más complicada, coincidieron especialistas en el panel ‘¿Cómo preservar las fuentes de empleo?’, organizado por la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
«Al centro de todas las discusiones debe estar que toda medida que se adopte debería tener como prioridad la preservación de empleo. Cada día que tarda sin que haya una definición del gobierno federal para destinar recursos públicos y fiscales puede hacer la diferencia. Si no tomamos decisiones clave, la pérdida de empleos será grave», comentó Gustavo de Hoyos, presidente nacional de la Coparmex.
Esta semana el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) informó que tan solo en abril se perdieron 555,247 trabajos formales debido en parte a que el cierre temporal de empresas con actividades no esenciales las dejó sin liquidez suficiente para conservar a su plantilla laboral. «Si el ritmo sigue como hasta ahora y el confinamiento social se prolonga hasta junio es posible que se haya perdido el 15% del empleo formal en solo tres meses, lo que significa el empleo que México pudo a duras penas generar en la última década», mencionó Ricardo Becerra, presidente del Instituto de Estudios para la Transición Democrática (IETD).
Por ello en la mesa de análisis se propusieron algunas medidas que deben tomarse para paliar la pérdida de trabajo y sustento en las familias mexicanas, fenómeno al que también se debe agregar a quienes tienen un empleo informal, es decir, que no tienen un registro ante el IMSS.
Los empleos registrados en la formalidad impulsan la recuperación económica de un país. «Tiene que ver con reducir la carga obrero patronal, que es carísima, atacar la sobrerregulación y el exceso de corrupción en los procesos, pero es un buen momento para experimentar con la flexibilización del mercado laboral y empecemos con posponer estos pagos para aliviar a los trabajadores y empresas», comentó Jorge Suárez Vélez, director ejecutivo de la firma Alien & Company.
Cada estado puede establecer medidas particulares que ayuden a las empresas a mantener a sus colaboradores. «Principalmente de quienes concentran la mayor cantidad de mano de obra para que se ejecuten planes, contener la oleada de despidos y ayudar al mantenimiento de las nóminas actuales», sostuvo Becerra.
El florecimiento de empleos formales llega con las obras que requieren de personal para edificarse. «Necesitamos certidumbre, un gobierno que deje de atacar a los empresarios y de verlos como enemigo y que reasigne recursos públicos hacia infraestructura productiva real, que tenga capacidad multiplicadora», aseveró Suárez Vélez.
La iniciativa privada ha señalado la necesidad de retrasar el pago de algunas obligaciones fiscales que les permitan mantener liquidez. «Tendríamos que insistir en programas de diferimiento de pago de impuestos, en salarios solidarios e incentivos fiscales que promuevan el empleo», afirmó Mónica Flores Barragán, presidenta para Lationamérica de Manpower Group.
Las empresas pueden crear nuevos puestos laborales, pero si no se prepara a la población para que se ocupen no existirá progreso.»Hay sectores que van a regresar más tarde y a este talento tendríamos que capacitarlo para moverlo a empresas que van saliendo y que tienen demanda de personal, como en el ramo de la salud, logística, entregas a domicilios y ventas online», puntualizó Flores Barragán.
Fuente: Expansión