Continuamos en momentos de mucha incertidumbre. Por un lado, no sabemos cuándo va a acabar el distanciamiento social #QuedateEnCasa. Hacer proyecciones y compararlas con otras experiencias a nivel internacional es muy difícil. No solo por las diferencias entre los sistemas de salud, ni por las fechas en que instrumentaron cuarentenas estrictas, ni por la pirámide poblacional de diferentes países, sino también porque en el único país en donde ‘ya acabó’ el trance sanitario y se encuentran regresando a la ‘normalidad’ es China y se tienen dudas sobre la veracidad de las cifras. Adicionalmente, las cifras de casos confirmados de COVID-19 en México no son comparables con varios países debido al bajo número de pruebas que se están haciendo (e.g. 160 pruebas por cada millón de habitante vis-à-vis 12,000 en Italia) y que, al parecer, el número de fallecimientos por COVID-19 se encuentra ‘distorsionado’ debido a la clasificación de un número alto de éstos como ‘neumonía atípica’, probablemente por falta de pruebas. Entonces, cómo podemos estimar el crecimiento del PIB este año, si es muy complicado saber qué duración tendrá la cuarentena.
En esta situación, considero que necesitamos tener una estimación dinámica de crecimiento del PIB. Es decir, cuánto hay que restar de actividad económica al PIB por cada día que dura la cuarentena. Este tipo de estimaciones tampoco están ajenas a problemas. Para empezar, no se puede dividir el PIB entre 365 días (o 366 en año bisiesto) e ir restando actividad económica por los días de cuarentena. Esto se debe a que, por ejemplo, no es lo mismo un día en diciembre -con las compras Navideñas, etc-, que un día en enero. Para hacer frente al tema de cómo contabilizar un día de PIB, propongo utilizar el modelo de estimación del PIB adicional que se genera en un año bisiesto. Esto se logra comparando la tasa de crecimiento de los años bisiestos con la tasa de crecimiento de estos mismos años, pero ajustada por efecto calendario. Utilizando ambas series del INEGI, nos da un promedio de 26 puntos base adicionales en la tasa de crecimiento del PIB en años bisiestos (+0.26 puntos porcentuales). Ahora, como lo que queremos es restar, no agregar, podemos utilizar esa misma comparación, pero de un año después de los años bisiestos. Esto resta 25 puntos base (pb) a la tasa de crecimiento del PIB. Esto implicaría que un día sin actividad económica al 100 por ciento resta 25 pb.
Sin embargo, no toda la actividad económica se encuentra en cero. Tal es el caso de los servicios considerados como esenciales (e.g. hospitales, farmacias, tiendas de autoservicio, bancos, algunos restaurantes que cuentan con servicios de envío), así como quienes pueden seguir trabajando en sus casas (home office) y algunas empresas que no han acatado el #QuedateEnCasa. En el equipo de análisis de Grupo Financiero Banorte -que tengo el privilegio de dirigir-, estuvimos haciendo una evaluación minuciosa sobre el porcentaje de actividad que está siendo afectada en cada una de las ramas y subramas del PIB. Concluimos que durante la cuarentena entre el 53 y el 55 por ciento de la actividad económica se encuentra afectada.
Desafortunadamente, en ausencia de apoyos gubernamentales como los que se están instrumentando en una gran cantidad de países, muchas empresas, sobre todo las micro y pequeñas e inclusive algunas medianas, no tienen capacidad de mantener los gastos, sin recibir ingresos por varios días. Esto provoca que tengan que cerrar y ya no puedan formar parte del PIB cuando se regresa a la normalidad. Esto deja un efecto permanente, que se observa en la tasa de crecimiento del PIB anual por doce meses, además del desempleo y la falta de ingresos fiscales que genera, directa e indirectamente, esté o no en la formalidad. En este sentido, construimos una proyección cuadrática que empieza con una tasa de mortandad de 5 por ciento de estas empresas al 30 de abril (38 días de cuarentena) y termina en 60 por ciento a mediados de julio (114 días). Por lo que, tomando en cuenta que las micro, pequeñas y medianas empresas contribuyen con cerca
del 40 por ciento del PIB, el impacto que pueden tener el ya no estar presentes por el resto del año, en la tasa de crecimiento del PIB de 2020 puede variar desde 1.3 por ciento (30 de abril) a poco más de 11 por ciento para mediados de julio.
Tomando en cuenta los tres aspectos anteriores, estamos hablando de un pronóstico de PIB para México en 2020 de -3.5 por ciento si pudiéramos regresar a la normalidad el 30 de abril -con apoyo del gobierno a las empresas-, y de -4.8 por ciento sin apoyo, para esa misma fecha. El pronóstico se agrava hacia finales de mayo con tasas de -7.1 por ciento (con apoyo) y -10.7 por ciento (sin apoyo).
Twitter: @G_Casillas
* El autor es director general adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversionistas de Grupo Financiero Banorte y presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF