Boris Johnson, primer ministro de Gran Bretaña, quien fue mudado ayer a terapia intensiva después de que su salud empeoró, infectado de COVID-19, se mantiene estable, con apoyo de oxígeno, informó el gobierno este martes.

“Está recibiendo tratamiento de oxígeno estándar y respira sin ninguna otra ayuda”, dijo el portavoz de Johnson a los periodistas.

“El primer ministro se ha mantenido estable durante la noche y sigue de buen humor”, dijo el portavoz. “No ha requerido ventilación mecánica o asistencia respiratoria no invasiva”.

La reina Isabel II deseó a Johnson una “recuperación completa y rápida” y envió un mensaje de apoyo a su prometida embarazada, Carrie Symonds, y su familia.

El príncipe Carlos, el heredero del trono británico, también deseó a Johnson una pronta recuperación.

El reciente deterioro de la salud de Johnson, con el virus, ha sacudido al gobierno, justo cuando Reino Unido entra en lo que los científicos dicen que será la fase más mortal de la pandemia, que ya ha matado a más de 6 mil personas en el país.

Johnson, de 55 años, ingresó en el Hospital St Thomas de Londres, a última hora del domingo, después de sufrir síntomas persistentes de COVID-19, que incluyen una temperatura alta y tos, durante más de 10 días.

Pero su condición se deterioró rápidamente durante las siguientes 24 horas, y fue trasladado ayer a una unidad de cuidados intensivos, donde se tratan los casos más graves, en caso de que necesitara un respirador. Todavía estaba consciente, dijo su oficina.

Pero la ausencia de Johnson, el primer líder de una gran potencia hospitalizado después de dar positivo al COVID-19, ha generado dudas sobre quién está realmente a cargo de la quinta economía más grande del mundo, en un momento tan crucial.

Si bien Gran Bretaña no tiene un plan de sucesión formal si un primer ministro quedara incapacitado, Johnson le pidió al ministro de Relaciones Exteriores, Dominic Raab, de 46 años, que lo sustituya “cuando sea necesario”.

Fuente: La Razón