Agresiones físicas y verbales; lanzamiento de cloro, líquidos desconocidos o café hirviendo; retenciones por parte de ciudadanos o autoridades, así como la negación a usar transporte público o privado, son algunas de las al menos 31 agresiones y actos de discriminación perpetuados en contra de personal médico en distintas instituciones de salud pública del país.
Desde señalamientos como “eres un foco de infección”, “estás contaminado”, hasta amenazas como “si tuviera una pistola te mataría”, o “eres el Covid”, trabajadores de la salud han tenido que sortear estas agresiones desde el pasado 25 de marzo, cuando se decretó la Fase Dos de la emergencia epidemiológica.
De esos casos, al menos 28 han sido denunciados por enfermeras o médicos de las secretarías de Salud estatales, del IMSS y del ISSSTE, las cuales han hecho públicas, y específicamente se encuadran en actos discriminatorios.
En cambio, tres de estos hechos violentos en contra de personal médico fueron provocados por familiares de pacientes o personas contagiadas con el COVID-19, ya sea porque presuntamente no se les brindó atención inmediata, como un funcionario del ISSSTE en Oaxaca, quien escupió y tosió a médicos y enfermeras al dar positivo al test del coronavirus.
Los otros hechos se dieron por intentar llevarse a un familiar detectado como “caso sospechoso”, en el Hospital General Regional No. 1, “Dr. Carlos Mac Gregor Sánchez Navarro” del IMSS, en la alcaldía Benito Juárez de Ciudad de México, y por buscar despedirse de su familiar, que falleció por COVID-19, como ocurrió en el Hospital General 48 del IMSS de San Pedro Xalpa, en Azcapotzalco.
Oaxaca es el estado con más agresiones, luego de que la semana pasada, en un hospital del IMSS en la Sierra Norte, una doctora, tres médicos y seis enfermeras fueron retenidos por la fuerza por instrucciones del alcalde Claudio Pacheco.
Según reportes de la prensa local, los habitantes de la comunidad han perpetuado actos de discriminación contra personal de salud, al asegurar que “están contagiados”, además de que se les está negando la venta de insumos básicos y a una doctora la desalojaron de la habitación que rentaba por “estar contaminada”.
Jalisco es la segunda entidad con más ataques. La Comisión Interinstitucional de Enfermeras del Estado de Jalisco denunció, el 30 de marzo, que al menos seis enfermeras han enfrentado agresiones físicas y verbales de conductores de transporte público, privado y vecinos.
La mayoría de ataques se han dirigido a enfermeros, aunque también a paramédicos.
Las agresiones a los trabajadores van desde lanzar cloro o café hirviendo, negación del servicio de transporte público, retención, amenazas, hasta los ataques físicos, que han dejado con dos dedos fracturados a una enfermera, en San Luis Potosí.
Una doctora, cuatro médicos, 21 enfermeras, un enfermero y un paramédico han sido atacados por realizar su trabajo.
La violencia a los trabajadores de la salud se han registrado en Tamaulipas, Querétaro, San Luis Potosí, Yucatán, Jalisco, Tlaxcala, Nayarit, Sinaloa, Sonora, Veracruz y Oaxaca.
Fuente El Financiero